Las chicas de la mesa seis quieren que tú las atiendas.
Eso me había dicho mi compañero de trabajo y ahora que tenía delante a Crisantemo entendía el porque. Ni siquiera podía escapar porque estaba trabajando y mi jefe se enojaría.
—¿Qué van a ordenar? —cuestione frío.
—Para empezar quisiera que me oyeras atentamente. —indicó Crisantemo.
Crisme se puso de pie, se paro frente a mí y gracias a sus tacones no paso trabajo para sorprenderme al darme un pequeño beso.
—¿Entiendes el mensaje? —cuestionó ella. Yo simplemente negué aunque entendiera todo.
—No quiero entenderlo. Díganme, ¿qué van a querer comer? Tengo trabajo que hacer.
—Y yo tengo que solucionar esto. —mencionó Crisantemo señalandonos— Te gusto y me gustas.
—Pues has que yo deje de gustarte. —contesté cortante— Si no quieren comer pueden retirarse.
—Disculpa. —intervinó Magnolia observándome— ¿Nos hemos visto antes?
Negué con expresión seria pero honestamente me preocupaba que Magnolia llegará a reconocerme.
—No le coquetees Magno; a él ya yo le puse el ojo arriba. —comentó Crisantemo levemente molesta y volvió a observarme.
Era extraño y sorprendente el escuchar que yo le gustará a una chica tan inteligente como ella.
—Por favor váyanse. —pedí serio.
—Volveré para hablar. —aseguró Crisantemo— Si no pones de tu parte me perderás también a mí. Cobarde.
Fruncí mi rostro observando a las hermanas marcharse y seguí con mi trabajo lleno de mal humor.
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Disculpa
Short StoryÉl se culpaba. Ella trataba de entenderlo. Él quería ser mejor. Ella quizo ayudarlo a serlo. Él sabía que la podía lastimar. Ella quería descubrir que escondía. ¿Triunfaría el perdón? Saga "chicasflores" (5,1)