POV Crisantemo.
—Hey. Hey bonita. Oye, te estoy llamando, ven acá.
Abracé mi violín apresurando mis pasos al oír que un chico me llamaba y miré a todas partes en busca de personas. ¿Quién me mandaría a quedarme hasta tarde en mi taller de música? Todos se habían marchado de dentro. Definitivamente tenía que salir porque aquel chico parecía peligroso. Lo raro era que me seguía muy calmado.
—No puedo estar jugando al gato y el ratón contigo toda la tarde. —mencionó él con tono aburrido— ¿Acaso no quieres saber por qué Sebastian te aleja? Pensé que mi hermano te gustaba.
Pare en seco al escucharlo y me voltee lentamente. Ojos verdes, complexión fuerte, estatura media, atractivo aunque no tanto como mi chico... Se parecía a Sebastian.
—¿Tu hermano? —cuestione dudosa.
—Aja. ¿Quieres hablarlo aquí o en otro lado?
—Fuera, en una cafetería cercana. —respondí.
...
El chico frente a mí no me daba buena espina. Por suerte yo era inteligente y había sugerido un lugar en el que hubiera personas. Aquí no me podría hacer daño.
Acomodé el estuche donde guardaba mi violín y fijé mi vista en él.
—Di lo que tengas que decir. —pedí neutra.
—Mi hermano se culpa por la muerte de tu hermana Amapola, o, como nosotros le decimos, Amla.
—¿Me estás diciendo que Amla y Amapola son la misma persona? —inquirí confusa e incrédula.
—Sí. Amla es su apodo. Eso no importa. Solo venía a decir que Sebastian no tiene la culpa. Yo atropelle a Amla.
—¿Y lo dices como si nada? —interrogue molesta y le di una bofetada— Por tu culpa mi hermana murió. Por ti Sebastian vive castigandose todos los días con la idea de que él la mato.
—Odiame si quieres, eso no cambia nada. Sebastian está enamorado de ti. Tú eras mi cuñada. Yo mate a mi propia novia porque estaba enojado y borracho. —dijo neutro. Parecía un niño que exponía un trabajo práctico de memoria, lo peor es que no mostraba emoción alguna.
—¿Es qué no te duele? —indagué llena de desagrado y limpié las lágrimas que se me escapaban. No lloraría frente a ese imbécil.
—Dolía. Ahora simplemente me da igual. Yo no quería matarla; fue un accidente y ya pagué mis actos. Por favor has que Sebastian dejé de sufrir por ello. No merece vivir con esa carga. Él siempre protegía a Amla.
Lo siguiente fue que me conto todo lo que paso aquel nefasto día en el que me mi hermana murió y añadió el hecho de que había estado en la cárcel. Solucionó cada una de mis dudas y así quedo armado el rompecabezas que Sebastian creo. Todo tenía sentido.
Cuando terminó le pregunté donde vivía Sebastian, me levanté y me fui.
Las emociones apretujaban mi pecho. Y solo desee que Sebastian estuviera en ese momento conmigo.
Quizás podíamos reparanos o destrozarnos, pero no me importaba el resultado. Yo solo quería abrazarlo y decirle que estaríamos bien.
Ambos sanariamos.
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Disculpa
Short StoryÉl se culpaba. Ella trataba de entenderlo. Él quería ser mejor. Ella quizo ayudarlo a serlo. Él sabía que la podía lastimar. Ella quería descubrir que escondía. ¿Triunfaría el perdón? Saga "chicasflores" (5,1)