Ties

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Hyuck...—La frágil voz de Haechan llamó en la oscuridad. Esa nueva remodelación de cuarto no estaba funcionando, y a sus seis años estaba experimentando el terror de dormir solo y con las sombras de los árboles reflejándose en las paredes.

Sus pequeñas manos se aferraban al edredón, buscando tener valor suficiente para soportar un par de horas antes de que amaneciera. El reloj apuntaba las 3:00AM y por si fuera poco, su hermano mayor había bromeado hace unos días, con que era la hora a la que salían los muertos.

Temblaba ligeramente, reteniendo las ganas de llorar. Cada lagrimita se apilaba con las demás, en el rabillo del ojo, amenazando con desbocarse en una cascada de llanto.

H-Hyuck~—Insistió, porque no era demasiado osado para destapar sus pies y dejarlos a la vista de un fantasma o demonio. Escuchó las ramas sonar, y algunas hojas alborotarse con el aire.— Por favor... H-Hyuck, ¡Hyuck!—Lloriqueó un poco más alto, cerrando sus ojos con más fuerza de la normal.

El otro pequeño gemelo se removió inquieto por el ruido, despertando por la vocecita de Hae, que era como una alarma de incendios para él.

—¿Mmm? Hae~... ¿Qué pasa?—Habló por fin, tomando asiento mientras frotaba sus ojos ante el sueño. Volteó a ver al mayor, percatandose de que sus lágrimas se iluminaban con la luz nocturna que entraba por la ventana.—¿E-Estás bien? Chanie...

El niño vió la oportunidad de echarse a llorar sin tomar un tono que pudiera despertar al resto, como si el miedo lo contuviera tanto para no dejarlo alzar la voz.

—Te-tengo miedo, H-Hyuck...—El hipo se desató entonces perdía un poco de coherencia al hablar.—N-No quie-... Quiero dor-dormir solo. Hyuck~...—Soltó la manta, llorando con más libertad para secarse las lágrimas una tras otra.

—Ay no~... No llores, Chanie.—Dijo con mucho temor de que empeorara. No quería verlo llorar, le preocupaba. Podía llamar a Jeno, pero la casa de noche daba más miedo que el cuarto.

Donghyuck muy valeroso se levantó de su cama y fue a la de Haechan, para sentarse y consolarlo. Lo abrazó de tal forma que su cuerpo protegía al gemelo por encima de todo. Nadie le pondría un dedo, ni el monstruo más sangriento y colmilludo.

—No hay nada, Chanie. Soy el más fuerte, ellos me deben tener miedo a mí...—Acarició sus cabellos desordenados, con mucho cariño. Las manos de Hae ahora se colgaban de su pijama de cohetes.—Vamos a dormir... Estaré contigo. No me iré.

Hae le despejó un pequeño espacio para él, dejando que se acostara a su lado. Sin soltarlo por supuesto, se abrazó a él como si su vida dependiera de eso.

—Ya~...—Acomodó la cobija para los dos, de modo que no pasaran frío ninguno y así se mantuvo despierto para vigilar hasta que el mayor cayera con el sueño otra vez.—Buenas noches, Chanie.

La sonrisa tímida de su hermano, después de las lágrimas era un indicio de que ya estaba más calmado.

Esa dinámica de acompañarlo a la hora de dormir, se quedó por un año más, luego de que los padres entendieran que era pronto para que se acostumbraran a dormir separados.

...

Donghyuck se sentía como pez en el agua, a la llegada del instituto. Chocó manos con Mark, como si no se hubieran visto en milenios.

Se saludaron, recorriendo los pasillos en dirección a los salones. Jeno venía atrás, atendiendo su teléfono como si no existiera más nada. La conversación era tranquila, pero los ojos de Hyuck eran los de un gato buscando un ratón; pasando de uno en uno, solo buscaba un rostro.

Love²/ NaHyuck- RenHyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora