Love²/ NaHyuck- RenHyuck

The Critical Side

El teléfono sonó temprano por la mañana, era la hermana de la señora Lee. El tono despertó a todos en la casa a eso de las 4am; una hora dónde se puede esperar cualquier cosa y no precisamente buena, lo que desató la inquietud de los más jóvenes, aunque Haechan fue el único que no despertó a tiempo. Hyuck se asomó en el balcón del pasillo que daba a la sala y al ver el rostro de su madre por el único foco de luz encendido abajo, supo que algo andaba mal. Jeno y él menor intercambiaron miradas, interrumpidos por el chirrido de la puerta de Yujin que recién despertó y se frotaba un ojo, alarmandose al ver a casi todos afuera.

Fue colgada la llamada y con nerviosismo Junghee subió las escaleras para entrar a su cuarto a buscar un abrigo y su cartera. Ni siquiera se dió cuenta que sus hijos estaban esperando saber qué sucedía, o el hecho de que era mitad de semana y en unas horas tendría que llevar a los chicos al instituto. Su esposo la siguió dentro, preocupado intentaba entender la situación y sin querer todo lo que decían se escuchaba en el pasillo; entonces el problema ya no era tan privado para el resto de la familia. Se trata de la abuela Nae y su estado de salud después de pillar una supuesta gripe que ha empeorado.

-Debo llevarla al médico... No debí restarle importancia, esto no estaría pasando.-Comenta guardando sus cosas en la cartera a toda prisa en tanto su pareja le sigue tratando de calmarla.-¡No puedo estar tranquila ahora, entiendes! Si a ella le pasa algo.-Hubo un momento de silencio y su voz salió algo más temblorosa, casi con el miedo latente.-Es sangre.... Eso no es buena señal y lo sabes.

-Shhh... Ya, cariño. Haremos lo que sea necesario para que esté bien. Verás que volverá.-La tomó entre sus brazos y acarició su cabello como si fuera una niña.

Afuera Donghyuck fue el primero en salir de su habitación al instante de enterarse de que era por su abuela. De todos era el más apegado a ella y la adoraba, siempre la tenía presente; sabía que estaba presentando malestares pero no que habían empeorado a tal grado y ahora que se enteró de la delicadeza del asunto no quería quedarse atrás. Cuando su madre salió seguida por su papá, en dirección a la puerta de la casa ambos se cruzaron.

-¿Pasa algo con Nae?-Estaría dispuesto a ir al fin del mundo para ser de ayuda.

Su mamá le dió una sonrisa comprensiva, negando.-Nada que no se pueda resolver, vuelve a la cama cariño. Su papá los llevará el día de hoy, yo debo estar con ella.-Pero sabía que su hijo era obstinado y lo que estaba por pasar a continuación.

-No, por favor. Quiero ir contigo...-Pidió con un tono razonable, mientras que sus hermanos, ahora los tres despiertos, lo observaban sin querer interponerse.-Quiero estar para ella.

-Donghyuck, hijo... Que más quisiera yo que llevarte, pero ¿Qué harás allá? No es el momento.-El tiempo seguía corriendo y no podía preocuparse por tantas cosas a la vez. Acarició el hombro de su hijo y suspiró.-Cuando te necesite, no dudes de que voy a llamarte.

Con una sonrisa y cabizbaja avanzó para abrir la puerta y salir, no sin antes despedirse de todos allí e indicarles que volvería. Con su salida quedó un desanimo en el aire, que su esposo no pudo levantar pues él también se sentía desorientado y sin saber si las palabras cambiarían el semblante de sus hijos al salir horas más tarde al instituto. Yujin estaba preocupada pero solo lo reflejaba en su silencio, Haechan se sentía inquieto por la angustia de Donghyuck que ni siquiera quería ir a clase para ver a RenJun, y Jeno... Él era el más frustrado. Sabía que el mayor de sus hijos, sin poder mejorar el humor del resto solo lo veía a él, tratando de encontrar un remedio para la ausencia de sus hermanos. Como padre, era el que más debía mantenerse calmado y mostrar madurez, pero incluso si superar la muerte de su madre en un accidente vial le había costado al quedar solo, hasta el sol de hoy no había podido aprender a recibir los giros drásticos de la vida con indiferencia o aceptación.... Solo era como un niño que se había quedado encerrado en una caja oscura, sin saber qué hacer. Junghee era a veces un gran ejemplo.