Tell me about her

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Haechan's Pov

Creí que no podría salir de ese hueco.

Desperté y todavía sentía que cada músculo seguía pesando, quizás más que ayer. Comer dolía, sonreír dolía, nada se siente cómodo excepto no estar conciente de lo que hago. Cerrar mis ojos para no afrontar cuánto la extraño, como si hubiera desperdiciado todo mi tiempo en ignorar que la vida no dura para siempre y que en la mía, para otros no sería diferente. Saber que no puedo llamarla otra vez, que no volverá a defenderme de los regaños más tontos... Sus lecciones, cada llamado. Nunca pude encontrar esa amistad con alguien más, pretender que busque sus consejos con desconocidos debe ser el peor castigo humano que ha de existir; buscar sus atenciones, su amor tan puro, su calidez, los mejores dulces, el consuelo más efectivo, su santo remedio para cualquier enfermedad. Si llamo ella no atenderá, si mensajeo nadie le mostrará el mensaje, si digo su nombre llorando no llegará respuesta, si me siento perdido no será más sencillo conseguir el camino, nada será fácil sin ella o eso me hace sentir.

La primera persona que me dejó ser yo mismo, quien me enseñó de la confianza, la seguridad. No sé si alguna vez le agradecí lo suficiente, si todas cosas que hice con ella me bastarán para llevar la vida sin extrañarla demasiado. Sin quererlo las lágrimas siguen saliendo cuando despierto y después de un largo minuto viendo a un punto fijo, toda mi realidad dispara una nueva carga de daño emocional. Mi madre seguro que no sabe qué hacer, sé que está tan preocupada que teme hablar y que rechace sus ofrecimientos. La idea de regresar a clase y continuar como si nada me apuñala, es lo más cercano a ignorar que ella se fue. No me bastan dos semanas para levantarme como el supuesto guerrero que siempre dicen que soy, es atropellado regresar a una rutina como si no pasó nada, tan a la ligera. No puedo culpar a ninguno por querer esconder la perdida y recuperarse porque no son tan débiles como yo, para quedarse en cama sin pensar en nada, casi como si agonizaran. Cuando lo pienso así, me siento como si fuera un bebé todavía... Reafirmo mi inmadurez sobre la vida. No sé lidiar con la muerte, lo sé bien.

Lo único que me hizo arrastrar mis pies fuera de casa ése sábado, era devolver las cosas que habíamos recogido del hospital a la casa de mi tía. En el asiento trasero, con unas ojeras mortales traía conmigo la caja de sus pertenencias. Las cobijas, su ropa, los libros. Todo lo que pedí fue ser parte de esa tarea, casi con los ojos llorosos de nuevo, le rogué a mamá en su intento por hacer que comiera, que me dejara ir con ella. Pude ver que lo pensó, estuvo a nada de decirme que no, pero luego vió la comida y creyó conveniente hacer un trato para que no me desvaneciera. Seguro estaba un poco más delgado, y finalmente acepté comer solo para poder acompañarla.

El viaje se hizo más largo de lo que recordaba. Mi mente se trasladó a los vagos recuerdos y creo haberme quedado dormido escuchando su voz.


-¡Ven acá, Donghyuck! Debes tomarte el remedio que dejó tu mamá.-Su tono autoritario era tan gracioso para mí.-No te lo tomes y vas a ver, ahí me vas a oír.-Que nunca lo tomé demasiado en serio, por lo qué mis risitas la molestaban más.


Nae era muy mala para regañarme. Solo estaba llorando y ella podía sentarse a llorar conmigo. Era tan sentimental como yo que mamá le recordaba todo el tiempo que debía ser más disciplinada o yo jugaría con ella. Nunca lo hice, al menos no para burlarme de ella, al contrario, era la que más tenía tiempo para jugar y divertirse conmigo. Haechan en ocasiones se unía.


-Cuando era joven, yo me escapaba de casa para ir a bailar. Esos grandes salones eran lo que estaba de moda. Era terrible, Hyuck.-Me recalcó siempre.-Tú no debes hacer eso, si tienes ganas de divertirte con tus amigos pues me lo dices a mi, yo me las arreglo con esos padres tuyos. Pero nada de ir por ahí sin que sepan dónde estás, ¿Si señorito?


Love²/ NaHyuck- RenHyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora