Love²/ NaHyuck- RenHyuck

Triple trouble

Yujin despertó con los rayos de sol golpeando directamente su cara. Su cabello no le dejaba ver con claridad y sentía su cuerpo encogido.

Miró alrededor y le costó entender que era su habitación. Haciendo memoria pudo recordar cuando entró la noche anterior, tiró su cartera y cayó en la cama... Pero antes de llegar, ¿Qué había hecho? Todavía tenía el vestido puesto. Lanzó un gruñido al aire, reincorporándose con un dolor de cabeza muy leve. Quiso estirarse con la nula energía en su cuerpo y cerró las cortinas sintiendo el alivio en sus ojos.

Las voces abajo, seguro eran sus hermanos. ¿Ellos la vieron llegar? ¿Debía bajar aún con el vestido? ¿Y si sabían lo que pasó ayer? Debía cambiarse si quería bajar; hasta que no se sintiera capaz de darle explicación a su apariencia no hablaría de lo que ocurrió. Tomó una pijama, cambiando casi de piel; sentía como si el vestido que traía puesto estuviera adherido a su piel mientras se lo quitaba como sticker. Ató su cabello y bajó las escaleras con el hambre despertando salvajemente.

En el comedor solo vió a Hyuck y Haechan. ¿Jeno seguiría durmiendo? Suspiró llegando a sentarse para robarle tostadas a Hae, sin emitir ni una palabra frente a ellos. Hyuck tenía una sonrisa en los labios, untando mermelada a su pan, al contrario de Haechan que de reojo luce pálido y da movimientos mecánicos como si fuera en automático. Dió un mordisco a la tostada por la que su hermano no protestó, observando los dos extremos de ambos para terminar por compararse, pensando que sería el neutro.

-¿Y Jeno?-Pregunta, rompiendo el silencio.

-En su cuarto.-Responde el gemelo de buen humor.-No salió ni respondió cuando le llamamos para saber si quería desayunar.-Se percató de la mala mirada que le dió la pelinegra y rodó los ojos.-Fue lo mismo contigo, no sé por qué me miras así.

La menor se sorprendió, casi siempre era de sueño ligero y despertaba cuando le llamaban o sonaba la alarma. Por ser domingo no sonaría, pero no era de despertarse tarde.

-Iré a ver si Jeno despertó.-Anunció ella, levantándose casi con ganas de huir de las preguntas. Subió las escaleras tratando de no tropezar para terminar delante de la puerta del mayor. Tocó, sin respuesta.-Jeno, despierta.

Botó todo el aire en sus pulmones, resignada. Giró la perilla pidiendo disculpas por la intrusión, pero al ver dentro, la cama estaba desarreglada y vacía. Giró sobre sus talones y salió para asomarse al balcón del pasillo.

-Jeno no está.

Los gemelos alzaron la mirada tomados por sorpresa.

Acaba de salir el sol y se desconoce todo lo que sucedió ayer. A unas cuantas calles de casa, el azabache trota para despejarse de tanto ruido en su cabeza; toma un trago de agua y mira el cielo como si este le tuviera una respuesta a su comportamiento. Le molesta saber que no sabe por qué está haciendo esto sin avisarle si quiera a sus hermanos, sin pensar en ellos y sin llevarse el móvil porque sí, lo dejó tirado en una esquina antes de salir sofocado.

Rían lo besó y su primera reacción fue escapar de la casa a la que fue invitado, dejando a su hermano ahí. Tampoco quiso disculparse en un mensaje, él no sabía qué estaba sintiendo ahora pero lo que fuera le revolvió la cabeza. Hay un leve sudor en su frente cuando se detiene a mitad de un puente donde solo él y unas cuantas personas pasaban. Admira el cielo nuevamente y respira profundo, debe poder calmarse, sin contar que no ha dormido nada en la noche por lo que hay dos bolsas bajo sus ojos además de una pesadez en cada músculo que lo hace sentir un zombie.

-¿Sales a trotar por las mañanas?-La voz de Mark lo regresa a tierra para bajar la mirada y verlo vestido con ropa deportiva y una cuantas gotas de sudor en su frente.