Each other's company

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RenJun iba en el auto de camino al instituto, pero su mirada iba del panorama en la ventana a su móvil. Lo encendía y volvía a apagar; estaba ansioso por lo que pudo apreciar el día anterior. "Haechan" no sé acercó ni una vez y se ausentó a la práctica, de hecho. Puede ser que sintiera alivio de no ser molestado en todo el día, o enojo por haber evadido su práctica, pero lo que no podía desaparecer de su testaruda cabeza que insistía en recordárselo, era la expresión de tristeza que había en su cara. Está acostumbrado a ver a un chico que no deja de sonreír hasta el punto de cuestionar si no le dolerán los músculos de la cara por tanta alegría. Asume que está ocurriendo algo con él pero su mayor debate sobre interesarse en eso le ha tomado 24 horas; las más largas horas que pueden compararse a la eternidad que le dura un día de clases con los recesos más cortos. Tamborilea sus dedos sobre la pantalla del teléfono en sus piernas, queriendo convencerse de que será paciente porque no le competen los problemas ajenos y de querer hacérselo saber, el moreno le dirá lo que pasa... O eso cree, aunque las dudas lo atacan, susurrando que eso no pasará porque no existe tal grado de confianza.

-¡RenJun!

-¡A-Ah!-Despierta de su ensoñación con un escalofrío.-¿Qué pasa?

Su madre lo mira a través del retrovisor, haciendo gestos de lo obvio... Están en el estacionamiento de la institución y él aún no se baja del coche. La señora Huang reconoce que su hijo puede llegar a tener la cabeza en las nubes de vez en cuando, pero casi siempre por culpa de un florete. En esta ocasión sus antenas maternales de súper bruja, le indican que su hijo debe tener otra clase de nubes que le nublan la vista en estos momentos; tanto le afectan que iba a dejar su mochila dentro, sino fuera por ella. Irremediable.

RenJun queda solitario en su camino al salón, haciendo el máximo esfuerzo de no pensar en nada para que sus pies no vayan a tropezar con un escalón y su cara con el piso. Ya es suficiente de Haechan's time. Como lo ha decretado en su interior, cree que puede pasar un día sin interesarle su entorno pero, escucha la voz fina del menor a lo lejos y antes de poder entrar a su aula, se detiene volteando a ver del balcón al otro extremo del pasillo, la llegada de Hae acompañado por Jaemin, que está en la puerta de su salón. Seguro solo subió para saludar al pelinegro y luego volvería a su clase, pero no pudo evitar retener más tiempo su mirada sobre el castaño.

Se veía igual de apagado.

El timbre sonó y al verlo apresurarse para regresar sobre sus pasos, la duda volvió a hundirlo en el bucle de la indecisión.

-Señor Huang, ¿Ha visto al amor de su vida? Háganos el favor de entrar al aula.-Interrumpió la profesora guía, añadiendo con su voz ronca.-Y cierre la puerta.

El rubio asintió, prestando atención al presente para sentarse y ver la clase. Su dispersión fue en automático cuando iniciaron; letras y números pasearon por su cabeza, abrieron la puerta y salieron por sus oídos tan fácil como entraron. Era imposible retener la información, menos cuando Haechan podía distinguirse a lo lejos, debido a que tenía clase de gimnasia y por la organización que estaban teniendo todo indica que tendrían prueba de resistencia. Esas en las que debías dar tantas vueltas a la cancha de 20m como fuera posible, hasta que tu cuerpo colapsara o te ahorraras la vergüenza de caer porque no soportas otro segundo de pie. Ése profesor no era nada comprensivo, pero frente al consejo directivo se mostraba como uno de los mismísimos discípulos de Jesús. A Injun le caía fatal a pesar de sacar excelentes notas; era un tipejo de grandes brazos y pectorales que tenía la tendencia de burlarse de los "débiles".

-Los valores son creados en el hogar, bien se sabe que la enseñanza primaria proviene de los padres...-Los pasos de la señora Joko era como los de un gato, imperceptibles.-Los principios se forjan con la culturización en las escuelas.-Su larga falda grisacea se mueve con cada avance.-Y la ignorancia es el resultado de unos oídos sordos.-Golpea la mesa de RenJun, dejando el libro que avala sus ideas éticas excesivamente apasionadas.

Love²/ NaHyuck- RenHyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora