Prologo.

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(Hace 13 Años)

La pequeña niña de mejillas rosadas y cabellera oscura se encontraba empacando las pocas cosas que tenía con ayuda de una de las mujeres que recién había tomado los votos en el orfanato.

— ¿Cómo te sientes, pequeña Dae? — Pregunta mirando a la menor. — ¿No te alegra saber que por fin vas a ser adoptada? —

Daesun observa su mayor y asiente. — Si, mucho...— Admite. — Pero me siento triste por las otras niñas y porque ya no voy a poder jugar con ellas. —

— Seguramente si podrás verlas. El hombre que te adoptó es nuestro mayor benefactor, Sin él este lugar no seria lo que es. El señor Kim tiene un gran corazón sin duda alguna. — Menciona. — Y también es muy apuesto... pero no creo que eso sea relevante. — Agrega sonrojándose levemente.

La niña solamente le mira y parpadea, pero como no entiende nada solo regresa su atención a la pequeña maletita que ya ha quedado lista. Con ayuda de la mujer que carga la maleta, Dae baja de la cama de un saltito para después seguirla por los pasillos de la institución.

Todavía le costaba un poco saber que ya había sido adoptada, tomando en cuenta que todavía no sabía quién lo había hecho pues ella no lo había visto, anteriormente ya había tenido reuniones con otras familias que querían adoptarla, pero nunca terminaba de concretarse el proceso. Según le habían explicado, a veces los tramites solían tardar demasiado.

Se le hacia muy curioso que el señor que la adopto no tardara en hacerlo.

Ambas se detienen cuando llegan a la oficina de la madre superiora, quien a su vez era la directora del orfanato. Con mucho cuidado la mujer abre la puerta y asoma su cabeza — Madre...Moon Daesun ya está aquí. —

— Hazla pasar, por favor...— Escucha la voz de la anciana. Dae entra con un poco de miedo pues solo había estado ahí una vez por haber cometido una travesura y aquello no le traía bonitos recuerdos.

Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando al estar en el interior, no solo estaba la madre sino también alguien más. — Mire, Aquí está. — Dice la mujer de edad avanzada. — Normalmente nosotras no dejamos que personas solteras adopten, pero por tratarse de usted haremos una excepción. Usted nos ha ayudado tanto y nos parece muy noble de su parte que quiera darle a la pequeña Dae un hogar. —

El mayor sonríe. — Realmente se lo agradezco. En mis ultimas visitas al lugar había estado observando a las niñas, pero ninguna me llamó tanto la atención como Daesun. — Cuando este finalmente se voltea a verla, Dae tiene que levantar su cabecita para poder verlo bien. Aquel hombre era enorme, muy alto y vestía un traje de señor importante.

Y ella siendo una pequeña niña fácilmente es intimidada por su tamaño por lo que termina escondiéndose detrás de una planta. Lejos de molestarle, el mayor solo ensancha su sonrisa. — Hola Dae...— Dice con suavidad mientras se acerca a ella.

La menor apenas y se asoma. — H-hola... Señor. — Susurra aun sin salir de su escondite.

— Daesun, no seas así... él es el hombre que te adoptó. —Reprende la anciana. — De ahora en adelante el señor Namjoon se hará cargo de ti. Debes llamarlo papá. —

— No se preocupe... no quiero presionarla. Tampoco asustarla. — Responde sin dejar de ver a la niña. Namjoon decide ponerse de cuclillas y estira su mano hacia donde Dae se encontraba. — ¿Ves, Dae? No voy a hacerte daño. —

Poco a poco Daesun se va acercando hasta tomar la mano del mayor. Tanto la niña como el hombre se miran a los ojos por primera vez, a primera vista el señor Namjoon parecía ser demasiado estricto y muy serio, pero ahora que lo miraba de cerca con esa bonita sonrisa adornada con hoyuelos, la pequeña le sonríe de vuelta.

Quizás vivir con ese señor no sería tan malo después de todo. Cuando Dae se muestra ya mas receptiva, Namjoon se permite alzarla en brazos y admirarla. — Pero mira nada más, pareces una muñeca. Eres sin duda, la niña mas bonita que he visto. —

El comentario provoca que Daesun sonría. — Gracias...—

Namjoon desvía su mirada de su nueva adquisición hacia la directora. — ¿Cree que pueda llevármela ahora mismo? —

— Claro, Claro... Nawon debió dejar su maleta afuera. El papeleo ya está hecho así que puede irse con ella cuando guste. — Menciona entregándole todos los documentos importantes en un sobre.

Daesun deja descansar su cabecita en el hombro de Namjoon. Siente como el mayor anda de aquí para allá, lleva su dedito pulgar a su boca para chuparlo. Cuando ya se encuentran saliendo del orfanato muchas de sus amiguitas corren a la reja para poder despedirse de ella, aunque sea a la distancia, la menor se despide agitando su manita hasta que finalmente es introducida a un auto negro muy lujoso.

Namjoon se encarga de ponerle el cinturón de seguridad y de guardar su maleta en la cajuela para después entrar en el asiento del piloto y finalmente emprender la marcha hacia su casa con una enorme sonrisa.

Sinceramente, No creyó que fuera tan fácil...

Pero lo importante es que su pequeña ya estaba ahí, con él. Tenia tantos planes para ella y el solo pensar en todo lo que quería hacer a una pobre niña lo hacia sentir como un puto enfermo.

Porque las apariencias engañaban y él... el no era para nada como el resto del mundo creía.

"Oh, Daddy!" © [Kim Namjoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora