Capítulo 4.

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Namjoon camina hacia donde su pequeña se encontraba apenas se había quitado el pantalón para quedar únicamente en sus Calvin Klein negros. Mirándola nuevamente y reafirmando que no había parte en el cuerpo de Daesun que no le pareciera maravilloso. Absolutamente nada le desagradaba... Sobre la cama deja los que son los primeros regalos de cumpleaños para Daesun.

Un lubricante y un vibrador.

La mano del mayor se pasa por los hombros de la chica para después ir bajando por la columna vertebral de esta y finalmente dejar caer un buen azote en su trasero. Aquello hace a Dae soltar un pequeño chillido. Tanto de sorpresa como una extraña satisfacción.

—Veamos, Pequeña... Ya te has tocado antes ¿No es así? — Pregunta mientras comienza a amasar muy bien esa zona.

—S-si... Antes lo hacía muy seguido. —Confiesa ella.

— Muy bien... — Dice Nam con voz ronca. Deja de manosearla un momento la poder tomarla de manera firme y le abre más de lo que ya estaba. Con que así lucía una virgen, nunca había estado con una. Su dedo índice se acerca hasta tocar su punto sensible comenzando a hacer pequeños círculos sobre este. — ¿Te tocabas así? — Pregunta haciendo aún más presión sobre ella, Dae comienza a temblar y siente como por su cuerpo comienza a recibir las primeras descargas de placer, su vientre bajo se contrae un poco a consecuencia de los movimientos certeros de su amante.

Nuevamente asiente con su cabeza para darle una respuesta ya que de manera verbal le era casi imposible. Namjoon detiene su acción para de pronto introducir su dedo índice en su interior, sintiendo así la humedad, el calor y sobre todo la estrechez de Dae. Al sentir esa invasión, la pelinegra entierra su rostro en la almohada completamente roja de la vergüenza que aquello le provocaba, ni siquiera cuando se tocaba había atrevido a hacer uso de sus dígitos ahí. Temía que doliera o incluso estropearse ella sola y que de esa forma Namjoon ya no la quisiera.

Pero sentir el largo dedo del mayor abrirse paso entre sus entrañas es una sensación... curiosa. No tan dolorosa como pensó que sería, pero al mismo tiempo si era un poco incomodo pues sus paredes vaginales palpitaban haciéndola sentir cualquier mínimo movimiento por parte del hombre.

Aprietas mi dedo con mucha fuerza, nena...No imagine que serias así de apretada. Debo reconocer que realmente me sorprendes. — Kim comienza un ligero vaivén con su dedo simulando leves estocadas. Debido al cariño que le tenia y por todos estos años en los que había sido su fiel compañía quería por lo menos tener la consideración de darle una primera vez mas amena, Así que debía prepararla muy bien sí no quería lastimarla durante el coito.

Porque su dedo no era nada a comparación de lo que él poseía dentro de su ropa interior.

Además de que tendrían el resto de su vida para poder tener encuentros sexuales mas salvajes y desenfrenados. Tenia tantos planes con ella, pero tampoco tendría ningún problema en consentirla de vez en cuando.

Poco a poco siente como su dedo índice se va deslizando con mayor libertad, todo gracias a que ella comienza a lubricar naturalmente pero aún no está del todo lista, un segundo dedo se añade haciéndole compañía al primero, en esta ocasión dejándolos ahí. — Adelante, pequeña...muéstrale a papi que es lo que quieres. — le anima. — ¿Te gustó sentir mi dedo entrar y salir de ti? Ahora es tu turno, mueve esas preciosas caderas para mí y déjame ver sí realmente te gusta lo que te hago. —

Si con un dedo ella ya estaba al borde del colapso, en definitiva 2 la tenían enloquecida y ya ni quería imagina cual seria el siguiente nivel. Respira hondo intentando no hacer algo que vaya en contra de las reglas que el le ha estado explicando a lo largo de la velada. Sin despegar el pecho del colchón, comienza a moverse de adelante, sintiendo como esos dedos abandonan su interior para posteriormente regresar hacia atrás y ensartarse ella sola. Un pequeño gemido sale al comenzar una y otra vez.

"Oh, Daddy!" © [Kim Namjoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora