Capítulo 1.

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(Época Actual)

Como el viejo dicho solía proclamar, "Los años no pasan en vano" y cuánta razón había en esa frase.

No por nada hoy en día esa pequeña y dulce niña había florecido, convirtiéndose en una joven tan hermosa como delicada. Sus ojos enormes y felinos de un café intenso, su pequeña nariz respingada y unas mejillas sonrojadas naturalmente que hacían juego con sus pomposos labios. Sin duda Moon Daesun era preciosa.

No era muy alta y pese a que en su infancia había gozado de ser una adorable niña rechoncha con el paso del tiempo se había vuelto extremadamente delgada, aunque dentro de los limites permisibles para tener una buena salud.

Dae se deja caer en su enorme cama y tomando su pluma favorita, comienza a escribir en su pequeño diario.

"Querido diario:

Hoy es un día muy especial para mí, finalmente el momento por el que he estado esperando tantos años ha llegado. Y estoy realmente nerviosa por aquello, Papi no debe de tardar en llegar, él prometió que en cuanto estuviéramos solos la fiesta podría comenzar.

Es curioso ¿no? Como después de tantos años de vivir con él y de saber toda la verdad aun siga llamándolo así. Ahora que lo pienso, es irónico que siga usando ese honorifico con Namjoon cuando desde hace mucho que no solo lo veo como la persona que me crio y me dio todo el amor que la vida me había negado sino también como hombre. Porque, en definitiva, la única manera en la que yo podría ver ahora a Namjoon como un padre, es sí este se convirtiera en el padre de mis hijos."

Muerde la punta de la plumilla de manera juguetona y deja de escribir para cerrar el diario y levantarse para comenzar a vestirse finalmente ya que le gustaba modelar su ropa interior por largos periodos de tiempo frente al espejo.

No podía quejarse de todo lo que tenia que sin duda era mas de lo que alguna vez imaginó, no había cosa ni deseo en esta vida que no se le cumpliera, pero no se consideraba a sí misma Caprichosa, Mimada sí, pero debía admitir que el dueño de su existencia había hecho un excelente trabajo con ella.

Sus primeros Años en esa gigantesca casa fueron lo que esperaba: un hogar cálido con alguien que le quisiera y educara, muchos juguetes y salidas a todos lados. Había tenido una infancia muy normal lo cual le había permitido crecer como una niña muy querida y sana a nivel físico, psicológico y normal. Fue cuando la pubertad llegó que poco a poco las cosas habían comenzado a cambiar, pero quizás no precisamente para mal.

Namjoon se mostro tan respetuoso durante esa etapa como lo había sido en su infancia y claro, él había sido de gran ayuda para poder entender todo los cambios por los que había tenido que pasar. Incluso ahí, todavía no lo deseaba como lo hacía hoy en día.

Fue mas o menos a los 15, cuando la guerra de hormonas comenzó que finalmente Namjoon decidió hablar con ella y sincerarse. Sabiendo elegir bien sus palabras y Dae siendo ya lo suficientemente madura para poder entender, es que todo se supo. Ya no había más secretos entre ellos, ya no había nada que esconder.

Todo se sabía.

Fue ahí cuando comenzó a notar ciertos detalles que no estaban ahí antes: Como la mano de Namjoon acariciando su cintura cada que se abrazaba o esa sensación de dureza que se clavaba en sus muslos cada vez que ella se sentaba en su regazo, como el masculino aroma que emanaba de su pecho la embriagaba o lo atractivo que el mayor se veía cuando leía o hacia ejercicio. Incluso...de las miradas lascivas que sus "Tíos" le dedicaban cuando ella fingía estar distraída.

Y aunque en el fondo todo aquello le gustara pues era una adolescente que disfrutaba de tener atención sintiéndose deseada, jamás se atrevió a desobedecer la voluntad de su mayor quien mas que un padre, para ella era su Amo, su todo.

Él quería hacer las cosas bien, esperar a que ella cumpliera al menos la mayoría de edad para tener su consentimiento (mismo que por supuesto que iba a tener por parte de ella) y de esa manera iniciar con sus tan queridos planes. Ella tuvo que soportar llegar hasta este punto en el que finalmente cumplía sus 18 años, en él lo que más anhelaba se volvería realidad, pero al mismo tiempo se ponía muy nerviosa. ¿Y sí no era lo suficiente mujer para Kim Namjoon? ¿Y sí a él le gustaban los cuerpos más voluminosos? Sacude su cabeza intentando no llenársela con complejos antes de tiempo.

Ella sabia que a Namjoon le gustaba su cuerpo que recién entraba a la adultez, podía notarlo por como le tocaba y como le hacía cumplidos. Además de sentirlo...en varias ocasiones.

Mientras termina de cepillar su cabellera, la puerta se abre, pero ella ni se inmuta pues sabe de quien se trata. — Señorita Dae... El señor Kim ya ha llegado. —

— Muchas gracias por avisarme, Señora Park... por favor, dígale que ya estoy lista. Bajare en un segundo. — Responde de una manera suave mirándola a través del espejo del tocador.

La anciana mujer obedece sin rechistar y vuelve a cerrar la puerta por lo que Daesun respira profundamente y se tranquiliza. Echa un ultimo vistazo a su atuendo y revisa que todo este perfecto.

Esa noche no quería cometer ni un solo error.

Alza la falda de su vestido ahora asegurándose de que la lencería estaba en orden. Y ahora si abandona su habitación.

Baja las escaleras sosteniéndose de la barandilla y conforme cada escalón va siendo sobre pasado, el señor Kim se va volviendo más apreciable.

Sentado en su sillón favorito mientras en su mano sostiene un vaso de whisky y le mira atento con una suave sonrisa. Él también sabia lo que iba a suceder esa noche.

Era el punto de quiebre.

El mismo que sentenciaría y cambiaria tanto la vida de ambos como su manera de relacionarse. Y el mayor estaba ansioso por ver sí el resultado de su trabajo de años había sido satisfactorio.

"Oh, Daddy!" © [Kim Namjoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora