Capítulo 1

12.8K 670 252
                                    

—Agh, que horrible me veo— digo mirándome al espejo.

Mi yo recién levantada no es algo muy... bonito, que digamos.

Tengo una ojeras, casi visibles, ayer me desvelé leyendo un libro.

Mis palabras fueron: Un capítulo más, y me acuesto a dormir.

Pues, leí veinticinco capitulos más, y ahora tengo mucho sueño.

Mi nombre es Bella Oliver, una chica "nerd" como me dicen, y a decir verdad, si lo soy, me gusta estudiar, soy el mejor promedio de la ciudad y en algunos casos uso gafas. Mi cabello es castaño liso, mis ojos marrones un poco claros y mido 1.64.

Mi estatura me perjudica en varias cosas, como no poder alcanzar libros de los estantes en la biblioteca, no poder tomar el frasco de galletas que mamá oculta en la alacena y muchísimas cosas más.

Vivo en Sidney, Australia. Anteriormente vivía en Londres con mis abuelos, pero ambos fallecieron en un accidente, cuando es ocurrió yo tenía alrededor de cinco o seis años. Desde ese día mis padres, mi hermana y yo nos mudamos para acá. Australia es muy bonito, me encantan los canguros, y casi todo el tiempo los veo.

Mi vida social en el instituto, lo diré vulgarmente,  es… jodidamente mala. Todos me tachan como la nerd patética que se cree superior a los demás solo por ser inteligente, y bueno no me creo superior, pero si sé analizar las cosas, no como las demás chicas de mi edad que creen que el sexo lo arregla todo.

Yo sé que soy suficiente, que el chico que sea mi novio sería afortunado por tenerme a su lado, pero mi subconsciente es el que me perjudica a veces, porque siempre está esa pequeña voz en mi cabeza que me dice: ¿En serio crees que le vas a gustar? o, ¿en serio crees que te aceptarán? Es muy tedioso y frustrante.

No tengo amigos, o bueno, si tengo una sola, mi mejor amiga Sophia Reed, pero de cariño le digo Sophie. Ella fué la única que me habló el primer día que llegue al instituto, de verdad no entendí por qué me habló o qué vió en mi para que aún sea mi amiga, pero de verdad agradezco mucho que siempre esté a mi lado. Ella es tan… escandalosa, divertida, animada… y yo pues soy reservada, seria y aunque les parezca extraño, nunca he salido a una fiesta, aunque si una fiesta de niños cuenta, pues si.

Recuerdo cuando entré nueva en el instituto, un mes luego de entrar. Un chico, muy guapo, creo que era neoyorquino, me empezó a hablar, yo no lo podía creer, decía: ¡No me lo puedo creer!, ¿un chico súper guapo hablandome? Nunca me besó, nunca llegamos a ser nada más que amigos, y eso fue porqué me hicieron la típica broma de: El popular le habla a la chica nueva nerd. La nerd piensa que el popular está interesado en ella y luego... ¡PUM!, la humillan en el pasillo central del instituto. Muy cliché. Desde esa vez no quise tener ningún tipo de relación con cualquier chico del instituto o fuera de este.

Siempre he querido amigos como los que están en los libros, tienen planes de fin de semana, hacen cosas divertidas, cocinan en la casa de alguno de ellos y cosas así. He vivido la mayoría de esas experiencias pero con Sophie, pero cuando me toca el tema de las fiestas me alejo porque aunque he deseado ir a una, siento que no es lo mío.

A veces, quisiera abrir un portal (sé que suena ridículo y obvio, imposible) para entrar al universo que guardan los libros y vivir cada una de las experiencias que viven las protagonistas, desde sus primeras decepciones amorosas hasta que encuentran al chico indicado. Ojalá y yo pueda encontrar a mi chico indicado, pero no precisamente ahora.

Sophie me dice que debo salir a conocer chicos, pero no estoy al pendiente de eso en este momento.

Los chicos no me llaman la atención, con eso me refiero, a que no quiero tener ningún tipo de relación con ninguno, porque soy heterosexual. Solamente no le veo el caso de tener un novio, algunos solo quieren tener sexo y ya. Suena muy muy duro, pero es la realidad en la que vivimos hoy en día. Sé que existen chicos amorosos, gentiles, detallistas y fieles, pero a mi vida aún no ha llegado alguno, y dudo que llegue.

Rechazada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora