Capítulo 10

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En el ambiente se sentía una gran tensión entre Christian y Daniel, yo sé que ellos no se llevan para nada bien y eso me preocupa, me preocupa que ellos puedan arruinar la cena por mi culpa.

—Bella, ¿Ya Conocías a Daniel?— pregunta mi madre arreglando un poco la mesa.

—Eh... si mamá, lo conozco desde que estábamos en primaria— digo con una sonrisa forzada.

—Pero él es mayor que tú— dice mi madre.

—Si mamá, pero yo lo conocí en el patio de juegos— mentí— desde ahí nos hicimos amigos.

Mi madre no preguntó más nada y se adentro a la cocina. Voltee a ver a Chris y el me dió un mirada de "¿Por qué mentiste?"

Yo aparté mi vista de él y la puse en un lugar en donde no pudiera ver ni a Chris mi a Daniel.

Cuando alcé la mirada mi madre venía con envases en donde estaba la comida, tenía las manos muy ocupadas y se veía que algo de eso se iba a caer.

—Señora Bennet, venga yo le ayudo— dice Daniel levantándose de la mesa.

Voltee hacía donde estaba Chris y tenía sus manos vueltas puños en su regazo, las tenía tan prensadas que pude notar las venas de estas, yo puse mi mano en una suya y se relajo un poco.

Mi mamá comenzó a servir la comida en sus respectivos platos y todos comenzamos a comer.

La cena estaba muy callada, nadie había hablado desde que mamá sirvió la comida, el único ruido que se escuchaba era del cubierto chocando con el plato.

—Bueno Daniel, ¿Cuando comienzas a estudiar en el instituto?— pregunta mi madre rompiendo el silencio.

—Mi mamá arregló los papeles hoy, y, me dijeron que podía empezar el lunes, señora Bennet— dice Daniel cortando la carne.

—Que bueno Daniel, si tienes problemas con alguna clase puedes venir para acá y Bella te puede ayudar— dice mi mamá tomando un sorbo de su jugo.

Luego de que mi mamá dijera eso, comencé a toser, me estaba ahogando con la comida, intenté toma el vaso con agua y beber de el pero cada vez que lo agarraba el agua se derramaba.

En una de estas lo agarré y bebí lo suficiente para que se me pasara, me levanté de la mesa y me dirigí a la cocina, necesitaba hechar un poco de agua en mi rostro.

—Bella, ¿Estás bien?— pregunta Chris en el marco de la entrada a la cocina.

—Si, solo me ahogué un poco pero ya se me pasó— digo secando mi rostro.

—Bella, quiero preguntarte algo, ¿Puedo?— pregunta acercándose a mi.

—S-si claro— digo poniéndome un poco nerviosa.

—Después de cenar, ¿Quieres salir conmigo?— dice parándose frente a mi.

—Debo preguntarle a mi mamá primero, pero si, si quiero— digo con la mirada abajo.

—Bella, por favor, no tienes que bajar tu cara cuando yo te pregunte algo, mírame.

No lo mires, no lo mires.

Alcé mi mirada y me encontré con esos ojos que ya me había acostumbrado a ver, sus ojos tenían un brillo que no podía describir.

—¿Qué pasa Chris?— pregunto en un tono bajo.

—¿Por qué bajas tu cara cuando trato de preguntarte o cuando te pregunto algo?— pregunta aún viéndome.

Traté de bajar la mirada otra vez pero el me tomó de la barbilla y evitó que yo bajara la mirada.

Rechazada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora