Rechazada ©

Capítulo 18

Llegamos al instituto y las personas miraban el auto de Christian, yo me sentía un poco nerviosa.

—Cálmate, ellos solo juzgan, eso es lo único que saben hacer porque no les gusta ver a nadie que no sea ellos feliz.

Sus palabras me calmaron un poco. Él tiene razón.

Bajé del auto y Chris dio la vuelta, me tomó de la mano y entramos al instituto.

—¡Bella!— exclama Sophie corriendo hacía mí.

—Hola Sophie— digo abrazándola.

Seguimos caminando y nos detuvimos con Sophie y Jack.

—Hola Jack— digo saludando con la mano.

—Hola Bella— dice regalandome una sonrisa.

—Ven acá— dice Sophie jalandome del brazo.

—¿Qué pasa?

—¿Se lo dijiste?

—Sí y…

—¿Qué dijo?

Le conté lo que pasó ayer por la mañana con Chris.

—Reaccionó… ¿normal? Creo.

—Sí y…

—¿Bella hay algo que no me estás diciendo?

—¡Joder!— exclamé bajo—. No me dejas hablar, Christian y yo somos novios.

—¿QUÉ?— Grita, haciendo que las demás personas voltearan hacía donde nosotras.

—Shh.

—Ningun “shh”, eres novia de Christian, estoy tan feliz por ti, se que él te gusta mucho y tú a el.

—Sí— digo soltando un pequeño suspiro.

—Bueno vayamos hacia nuestros novios.

—Sophie, ya no empieces por favor.

Ella ríe y es inevitable para mí no hacerlo también.

—Vamos a clases— dice Sophie.

— Sí, ya casi es hora— dice Jack.

Entramos y fuimos al salón lo más rápido que pudimos los cuatro. Entramos al salón y gracias al cielo el profesor no había llegado.

Christian se sentó a mi lado y yo voltee a ver a Claire, ella hizo una mueca y yo reí un poco.

—¡Daniel!— me levanto del asiento para abrazarlo.

—Hola Oliver— dice recibiendome el abrazo.

—Sientate con Claire, ella está sola— digo guiñandole un ojo.

—Estás loca— dice dándome un beso en la frente.

Me senté y vi como Daniel se sentó con Claire, el le dijo algo y ella soltó una risita.

Me voltee hacía donde estaba Chris y él ya estaba mirándome.

—¿Qué?— pregunto alzando una ceja.

—¿No puedo ver a mi bonita novia?

—¿Por qué siempre dices que soy bonita?

—Porque eres mi novia.

—¿Solo por eso?

—Y también porque sí eres bonita, muy bonita, mi bonita novia— dice besándome la mejilla.

Una sonrisa ridícula se formó en mi rostro y sentí mis mejillas arder. Me gustaba cuando decía que soy bonita, me hace sentir… bien.

[...]