¿Velas aromáticas?

751 104 2
                                    

Harry siempre había estado consciente del aroma del Alfa. Desde que lo conoció.
Y Louis muy pocas veces había logrado percibir muy levemente el aroma de Harry, era muy suave como para definirlo. Y muchas veces sabía que el aroma que llegaba a sentir era el de algún perfume artificial.

Al menos hasta que Harry dejó los supresores.

Sólo fue consciente de él una semana después, la ausencia de los supresores hizo que el aroma de Harry emanara de forma natural y fuerte.

Cuando el Alfa ingresó a la casa unas notas dulces de aroma lavanda llegaron a su nariz, fue un sutil pero demasiado relajante, inhaló fuertemente y un pequeño gruñido se quedó atorado en sus cuerdas vocales.

— Harry, ¿pusiste velas aromáticas? ¿Harry? —empezó a llamarlo desde la sala pero nadie respondía,empezó a adentrarse más a la casa— Podrás ser un compulsivo por la limpieza, molesto y caprichoso pero de esto no me quejo.

Fue a la cocina y nada, caminó hacia la otra sala y tampoco había rastro de él.

— ¿Harry?

Empezó a subir las escaleras y notó la puerta abierta del cuarto de Sofie.
Ahí estaba, el aroma más intenso,  además de velas también había quemado algo de incienso. Probablemente Harry las había puesto ahí para relajar a Sofie.

Estaba de pie con una toalla enrollada en la cadera y otra en su cabello, sostenía a Sofie contra su pecho la cebecita de Sofie hundida en el cuello del omega.
Louis se quedó pasmado, Harry tenía tatuajes, una piel muy blanca y unas pocas gotitas de agua aún resbalaban  por su cuerpo. Sacudió su cabeza y miró a Harry a los ojos.

— Te estaba buscando.

— Lo siento, es que Sofie no dejaba de llorar. Yo solo... Solo tomé una ducha. ¿La sostienes para que me vaya a cambiar?

— Sí, sí, yo la cuido—estaba a punto de preguntar por las velas cuando Harry se acercó para poner en sus brazos a la bebé y lo sintió.
Con Harry tan cerca supo que no eran ni sales de baño, ni velas ni incienso.
Harry olía a un campo entero de lavanda.

No quería ser indiscreto ni hostigante ni nada parecido pero...

— Harry, tu aroma...

— Supuse que así sería más fácil para Sofie adaptarse a mí como su cuidador principal.  ¿Te molesta?

— No, no, no me molesta, es solo... Algo nuevo, me pica la nariz.
Fingió una mueca de desagrado, mientras retiraba la mirada de aquellos ojos verdes.

— Pues lo siento, tendrás que acostumbrarte, yo no me quejo de tu aroma y tus feromonas.

— Harry, no... Yo no quise... No malinterpretes mis palabras. Es solo que tú no, antes no... No olías más que a perfume.

— Usaba supresores de aroma. Pero ya no, igual y me siento un poco más libre. Así que cierra lo boca.

— Que no he dicho nada, mejor ve a cambiarte.

El omega puso los ojos en blanco y salió hacia su habitación.

Louis no sabía lo que había pasado. Aquél aroma dulce y relajante lo tenía con él corazón acelerado, su alfa aullaba en su pecho malditamente contento. Sacudió su cabeza y negó dos veces, sostuvo mejor a Sofie y se dejó caer sobre la mecedora.

Bajo el mismo techo: LARRY OMEGAVERSE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora