Capítulo Cinco.

5.4K 736 193
                                    

Jungkook se levantó como todos los días, con la diferencia de aquel sentimiento de incomodidad, trato de sacarlo de su sistema.

— Todo es culpa de Jimin, primero preocupa a mi familia con esa no enfermedad que Jin dice que tiene, Namjoon y mi abuelo están de su parte siempre, yo soy su familia, no él y peor aún cuando trato de actuar sin esa acritud que me caracteriza según Namjoon, él se hace el difícil, soy tan buen tipo, después de lo que él me hizo, otro lo trataría peor.

Aun refunfuñando bajo, notando la presencia de su esposo en la cocina, nunca había entendido el por qué le encantaba comer en ese lugar como si fuera un vulgar sirviente, se percató que estaba perdido en sus pensamientos, como la noche anterior, frente a él solo había un jugo fresco con un plato con fruta y yogurt, sin un delantal mientras él preparaba panqueques o alguna otra porquería para ofrecerle el desayuno.

— ¿Y mi desayuno?

Jimin continuaba perdido en su mundo sin tocar el plato frente suyo, se encontraba tan concentrado en sus pensamientos que tampoco se percató de la presencia de su esposo frente a él.

— ¡Ey! Te estoy hablando.

Levanto la mirada un poco confundido. — Dime, te escuchó.

— ¿Dónde está mi desayuno de todos los días?

— Ay Jeon, nunca lo tomas, así que me canse de hacerlo, la Señora Lee podría prepararte algo, yo debo irme, tengo un día atareado.

El bip que anunciaba un mensaje se escuchó, Jimin lo miro sin poder evitar una gran sonrisa, se levantó, tomó el abrigo de la noche anterior y salió, dejando a Jungkook con una mueca de molestia en el rostro.

— Pero qué demonios le pasa ahora. Siogio a su esposo caminando al ventanal para ver al mismo auto que dejo la noche anterior a su esposo, recogerlo nuevamente y como Jimin trataba, sin éxito, ingresar al lugar del copiloto, mientras el chófer negaba con la cabeza, Jimin hizo aquellas muecas de niño pequeño que lo caracterizaban, para ingresar en la parte de atrás del Urus, en ese momento podría matar con la mirada a cualquiera si así lo deseara, algo hervia en su interior sin saber que era.

— Joven Jungkook, que desea para desayunar.

— Señor. Jeon, recuerda que no te encuentras con tu niño Jimin.

— Claro Sr. Jeon lo lamento mucho. Desea le prepare algo para desayunar.

Su teléfono sonó en ese preciso momento, sin darle importancia a quien le hablaba, contesto.

— Ji-eun, ahora que pasa.

— ¡Una auditoría Jungkook! Acaso es que no confías en mis reportes y las auditorías internas que Jeong's hace para ti.

— Cálmate y no me grites, explícate.

Con una mano tomo su abrigo y llaves para salir en ese momento sin dar una sola mirada a la nana de su esposo.

— Hay Dios mío, estos niños, ¿cuándo el Joven Jeon se dará cuenta de lo valioso que tiene a su lado? ¡Aish! Y esa arrastrada como siempre, yo que mi niño Jimin, ya le habrá metido sus buenos jalones de greñas, por resbalosa.

— Joven Jimin quite esa cara, vamos, no podría dejarlo subir a mi lado, se imagina si alguien lo ve, no ni Dios me lo permita, me linchan, me linchan.

La risa de Jimin se hizo presente. — Está bien, solo porque no quiero causarte problemas, ¿conoces la dirección de cosméticos Luna-Park?

— Claro que sí, está muy cerca de una de las auditoras de Yoongi.

Cuando te olvide ♥️Kookmin♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora