Capítulo Ochenta y dos.

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El final se acerca, las mentiras pueden salir a la luz y la sombra de la muerte asecha a cada uno de nosotros, aunque el amor brilla aún más fuerte cada día.

Jin terminaba de atender al último grupo de soldados que habían estado recibiendo dosis de zeromentalina, a pesar de no ser él quien las administraba, sentía que rompía aquel juramento de ética y responsabilidad del cual siempre se había sentido t...

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Jin terminaba de atender al último grupo de soldados que habían estado recibiendo dosis de zeromentalina, a pesar de no ser él quien las administraba, sentía que rompía aquel juramento de ética y responsabilidad del cual siempre se había sentido tan orgulloso. Estaba consciente de que no era su culpa, inclusive Jong-suk le había propuesto no atender más a soldados consumidores, enfocándose a su área. Algo que era mucho peor no podía dimitir a su puesto no sólo era poco ético sino hasta sería peligroso, sobre todo cuando uno de los efectos secundarios de la droga era el daño al corazón y eso sí era su área de especialidad, por lo que no podía sólo mirar a un lado y seguir como si nada.

Observó a los diez hombres sentados en las camillas, parecían muertos en vida, su pulso era errático al igual que su respiración, además de parecer no sentir dolor alguno a pesar de estar sobre extenuados, daban la impresión de que continuarían en pie por días. Comenzó a indicar sus observaciones para que los médicos que lo asistían escribieran en los formularios que debían ser enviados a Joon-young diariamente. Jin había evitado alertar de los efectos secundarios sobre el daño que causaba en el corazón. Sabía perfectamente que comenzaría a hacer pruebas a esos jóvenes, para tratar no de solucionarlo, sino de que ellos entregaran hasta su último aliento para sus sanguinarios planes. También estaba consciente de que era tarde, la mayoría llevaban consumiendo esa porquería por ya un tiempo considerable, por lo que ya no haría alguna diferencia, el daño estaba hecho a su organismo.

Garabateó aquella firma improvisada para la situación en los reportes médicos de los soldados que no recibían la droga, indicando que su consumo había aumentado. Esto ayudaba al general a que pudiera mantenerlos lejos de los que, si consumían, para evitar que se supiera que realmente nunca se administró la droga, pues a pesar de que Jin estaba al frente, quien revisaba a todos en general, cada médico tenía una flotilla asignada para suministrar la zeromentalina cada cierto tiempo. Él había estado administrando placebos. Los soldados ayudaban tratando de fingir los síntomas principales, irritabilidad, volatilidad, así como obediencia absoluta, bajo los efectos de la droga, estaba a punto de terminar con su último reporte cuando la voz del general Lee lo hizo sonreír.

— ¿Has comido ya, hermosura?

— No, en un momento iré.

El general se cruzó de brazos, moviendo la cabeza. — ¿Ah, sí, a qué hora?

— En cuanto termine, lo prometo.

— ¿Has visto la hora, precioso?

Jin se ajustó sus lentes mientras plasmaba su firma falsa en el último reporte. — Listo, ahora iré a comer. Miró el reloj que estaba en la pared, para después abrir un poco la boca con sorpresa. — Oh.

— Desde mañana vendré por ti para asegurarme que comas.

Jin le dedicó una hermosa sonrisa. — Tú estás mucho más ocupado que yo.

Cuando te olvide ♥️Kookmin♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora