Capítulo Ciento Diez.

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En ocasiones, solo se necesita una oportunidad para comenzar de nuevo, tener esa pequeña fracción de tiempo para volver a elegir. Aunque no puedas cambiar el pasado, podrías esforzarte por tener un mejor futuro; sin embargo, otras veces la vida simplemente te lanza en la cara tus equivocaciones y te abofetea con ellas.

Capítulo dedicado a @AgustDD3Yoongi quien me ha estado ayudando a no caer en las garras de la oscuridad. Porque lleguemos a la meta pronto y lo prometido es deuda, aquí estoy.

Taehyung aumentaba un poco más la velocidad del Hennessey Venom F5 Stealth Series de Namjoon, una enorme sonrisa parecía iluminar su rostro al grado de que su piel cobriza destellaba con el sol, sintiendo la brisa del aire salado en su nariz, agra...

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Taehyung aumentaba un poco más la velocidad del Hennessey Venom F5 Stealth Series de Namjoon, una enorme sonrisa parecía iluminar su rostro al grado de que su piel cobriza destellaba con el sol, sintiendo la brisa del aire salado en su nariz, agradeciendo al cielo aquella segunda oportunidad que se le estaba dando para reivindicar su camino e intentar vivir de una forma diferente, mientras su pareja soltaba algunas risas nerviosas por la alta velocidad, aunque sin decir nada, adoraba ver al menor feliz, por lo que trataba de complacerlo en cada capricho que tenía. Después de todo lo que habían pasado, estaba consciente de que en ocasiones su mirada parecía nublarse por los hierros de su pasado, pero estaba decidido a construir un futuro diferente solo para él. La realidad era que, cuando él sufría por aquel amor no correspondido antes de ingresar a la facultad, el único que estuvo para consolarlo fue Taehyung. 

Había tomado la decisión de ocultar lo que sentía, siendo consciente de que el pequeño rubio amaba a su hermano. Nunca olvidaría aquella ocasión en la que se emborrachó y saltó la barda del colegio, él pudo haber sido expulsado, estaba en su último año, así que, si eso ocurriera, Harvard declinaría su inscripción. El castaño, sin importarle perder su beca, lo escondió en el salón de cocina que, en ese colegio de chaebols, normalmente nadie ocupaba. Le hizo un té y gachas de arroz, y perdió sus clases, para cuidarlo, dándole las palabras que más necesitaba escuchar. 

—Si lo amas, díselo, esfuérzate y conquístalo. Si no estás dispuesto a ello, por el motivo que sea, avanza, no lo culpes de tu dolor, pues él no tiene idea de tus sentimientos, Nam. Trabaja duro, crece, mejora, cumple tus sueños, y no cierres tu corazón, tal vez el amor lo podrías encontrar en quien menos lo esperas.

Desde ese momento, había comenzado a esforzarse. Entró a la universidad y conoció a Jin. Soltó un suspiro audible. Se sentía el peor ser en la tierra por haber engañado a su esposo tras su desaparición. Él siempre estuvo a su lado desde el día uno en Harvard. Le entregó su amor, su tiempo, todo. Por ello, trató de amarlo con todas sus fuerzas y retribuirle todos sus sacrificios. Pero el hartazgo fue más fuerte. Lo fue consumiendo, aceptando que aquella intimidad emocional que tenía con Jin iba quedándose atrás lentamente. Sin embargo, él no podía dejarlo. Su esposo había hecho mucho por él y no sería un cobarde que lo abandonara. Aunque, cuando desapareció luego de ese shock e investigación que llevó a cabo tras la historia de Jungkook, debía admitir que, mientras los días pasaban, la tranquilidad comenzó a invadirlo. Por lo tanto, despertó. No lo pensaba, no lo extrañaba. Continuaba con la misma monotonía diaria hasta que ese indefenso castaño ingresó a su hospital moribundo, trayéndole recuerdos del pasado. Esto lo hizo tomar la decisión de cuidarlo, alejándolo de ese hombre que era su esposo y parecía no importarle su salud o seguridad. Los días continuaron pasando y la convivencia en su casa lo hizo ver que pudo haber amado a Jimin como un loco, pero quien lo conquistó en ese último año de colegio fue Taehyung, con su sonrisa cuadrada y sus ojos lodosos que parecían esconder demasiado. Él lo sabía, su pasado era tormentoso, horrible, y realmente no le interesaban los pecados que llegó a cometer. Solo quería tomar su mano y caminar hasta el fin del mundo, jurándole amor eterno.

Cuando te olvide ♥️Kookmin♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora