Wake me up [Eddie Munson]

Despiértame

Ok, estoy muy ansiosa por ver la aprobación o desaprobación que va a tener este capítulo xd

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Me pasé toda la noche batallando para no dormirme, estaba decidida a escapar cuando el idiota se durmiera, pero jamás lo hizo.
En un momento, cerca de la media noche salió de la bodega para hacer del baño, así que me levanté y cuando iba hacia la puerta lo vi... el reloj, el puto reloj de péndulo, estaba entre la pared y el péndulo generaba un sonido inquietante al moverse. Desperté a mitad de la bodega, con Eddie sacudiendo mis hombros asustado.
El resto de la noche estuvimos sentados, atentos a cualquier cosa, supongo que él también esperaba que yo me durmiera para poder estar tranquilo.

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Moví su mano para ver el reloj, eran casi las cuatro de la madrugada y mis ojos y mi cabeza pesaban muchísimo.
–Me rindo.– murmuré y me recosté en el suelo con la cabeza sobre sus piernas.
–Está bien.– susurró y sentí su mano acariciando mi cabello.

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–Andrea...– murmuró en mi pesadilla una voz muy grave.

Me desperté de un salto con el cuello empapado de sudor. Al otro lado de la bodega estaba Eddie hablando con Steve y Dustin. Me levanté rápidamente del suelo y caminé hacia ellos, que me vieron con cara de malas noticias.
–Tenemos un pequeño problema.– dijo Steve.
–Lo supuse.– le dije– ¿Qué ocurre?
–Hoy es el funeral de Chrissy y muchos en el pueblo se presentaron, incluyendo... a los dueños de la tienda de música. Buscamos la canción, pero en mi casa no está, tampoco en la de Dustin, ni en la de Nancy; Robin dice que a sus papás tampoco les gusta Presley...

Terminé de escucharlo y luego miré a Eddie con una sonrisa irónica de te lo dije.
–¿Puedo ir a mi casa ahora?– le pregunté.
–Nosotros iremos.– dijo Dustin.
–¿Con qué pretexto piensas entrar a mi casa y subir a mi habitación a buscar un casete?– pregunté frunciendo el ceño.
–¿No podía gustarte música normal, al menos algo reciente?– preguntó Steve.
–Es culpa de Eddie, la escuché por él.
–Espera, ¿tú le mostraste la música? Entonces también debes tener un casete en tu casa.– dijo Dustin.
–¿Quieres que los lleve a mi casa?¿En plena mañana?
–Nosotros podríamos entrar.– dijo Steve encogiendo los hombros.
–No sean tontos, el lugar debe estar frecuentado por policías.– dije, a lo que Eddie asintió dándome la razón.
–De acuerdo, entonces no nos queda más opción.– dijo Steve viéndome y asintiendo.

Miré a Eddie de nuevo con sonrisa de te lo dije.
–¿No hay otra forma?– preguntó molesto.
–A menos que quieras forzar la entrada a la tienda de música no.– dijo Steve.
–Bien, andando.– dijo Eddie y todos lo vimos incrédulos y empezamos a pelear intentando convencerlo de quedarse.

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Al final acabamos subidos los cuatro en el auto de Steve. Eddie y yo nos sentamos en el suelo en medio de los asientos para no ser tan visibles y nos vimos el uno al otro con reproche.
–De acuerdo...– dijo Steve–... recemos porque no nos descubran y nos metan a todos a prisión.

El auto empezó a avanzar y de pronto sentí que era una muy mala idea.
El camino se me hizo eterno por la ansiedad que sentía. Steve detuvo el auto, y al ver por la ventana vi el árbol del jardín de Tom, jamás lo confundiría.
Steve y Dustin se dedicaron un rato a ver hacia todos lados para asegurarse de que nadie anduviera por ahí.
–Despejado.– dijo Dustin.

Salimos del auto y caminamos rápido hacia la puerta, saqué las llaves de la mochila y las puse en la cerradura con manos temblorosas. Abrí la puerta con cuidado, no había nadie en la sala. Los cuatro entramos e iniciamos a subir sigilosamente por las escaleras.