Wake me up [Eddie Munson]

El maldito primer día

¿Qué se sentirá al fumar hierba? Me preguntaba en mi habitación mientras me probaba un vestido frente al espejo.

–No importa– me respondí a mí misma. De todas formas nunca lo haría, ni aunque alguien como él me ofreciera.

Al día siguiente sería mi primer día como estudiante de la preparatoria de Hawkins, si quería hacer amigos debía causar una buena impresión, y mis amigas siempre decían que un buen atuendo ayudaba mucho. Así que ahí estaba, probándome toda la ropa y viéndome en el espejo. El camión de la mudanza había llegado antes del mediodía, así que me pasé toda la tarde desempacando y ordenando todo. La habitación se veía mucho mejor con mis pinturas, cortinas y mi espejo, pero lo que más le daba el aspecto de hogar eran mis libros, me sentía mucho mejor con ellos allí. Aún no había decidido qué ropa usar, pero sabía que lo que no podía faltarme mañana era un libro; tendría dos posibles funciones:
1. Alguien me vería leyéndolo y me diría que también le gusta, luego nos haríamos amigos.
2. Nadie me hablaría, pero tendría el libro para leerlo en mi día de irremediable soledad.

Que sea Sherlock Holmes, me dije, así que lo tomé y lo metí a la mochila. Me giré hacia el espejo y me vi con el vestido. Me preguntaba si tendría en este pueblo algún interés amoroso, tal vez hasta un novio. ¿Qué ropa debía llevar para impresionar a un chico?¿Qué tipo de chicas les gustan a los de aquí? ¿Las que compran hierba?

–Si alguna vez quieres hierba, busca a Eddie Munson.

Si lo hubiera escuchado mamá, pensé sonriendo.
¡Ya sé!, una chaqueta de cuero, yo tenía una muy linda, la saqué del armario y la tiré a la cama. Camiseta negra rockera, tenía una de Traveling Wilburys, lo más parecido. Unos jeans... nah, era demasiado, que sean unos shorts. Tiré ambas prendas a la cama. Y por último, mis converse de la suerte.
Tomé toda la ropa y la junté, se veía bien, bien para un primer día... o eso esperaba.

~

–¡Woow, te ves ruda!– dijo Tom al verme bajar para desayunar.
–¡Gracias!– le respondí, aunque me detuve a pensar en por qué me había puesto aquel atuendo. NOOOO, ¿me veía como alguien que buscaba alejar a los demás? Mierda, mierda, mierda.

Desayuné hot cakes. Un rato después estaba bajando del auto en la preparatoria, con un nudo en el estómago y un rostro probablemente pálido.

–Mucha suerte hoy, querida. Voy a estar esperándote a la salida.– me dijo mamá con una sonrisa que parecía de compasión.
–De acuerdo– me limité a responder.

Me di la vuelta y comencé a caminar hacia el edificio de la preparatoria. Al igual que ayer, el patio estaba lleno de estudiantes, estudiantes que ya tenían su grupo de amigos; y luego estaba yo, la chica nueva, que no conocía a nadie además del vendedor de drogas del pueblo.

–Si alguna vez quieres hierba, busca a Eddie Munson.

¿A quién debía buscar si quería amigos? Oh, por Dios, eso es patético, me dije.
Caminé hasta el casillero que me habían asignado ayer y guardé algunos libros, pero no Sherlock Holmes, él sería mi único amigo en el maldito primer día.

–Hola– escuché detrás de mí. Me di la vuelta y estaba una chica parada frente a un casillero abierto.
–Hola– saludé sonriente.
–Eres nueva, supongo.
–Ah, sí. Apenas ayer me mudé... me estoy instalando– le dije señalando a mi casillero.
–Pues bienvenida, si necesitas algo puedes pedírmelo, me llamo Robin.– dijo sonriendo, mientras me tendía su mano, la estreché y le dije:
–¡Qué amable, eres!, te lo agradezco, yo soy Andrea.
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–Llevas química– dijo mientras caminábamos por el pasillo, ella leía mi horario– Yo llevo física ahora, pero te mostraré el aula.