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Casiopea.

Pasaron tres días desde tío Vernon nos encerró. Tía Petunia nos pasaba comida dos veces al día por una abertura en la puerta que tío Vernon había hecho, nos pusieron rejas en la ventana y nos dejaban salir al baño dos veces al día.

-Hedwig, come por favor- escuché que le decía Harry a su lechuza mientras yo miraba el techo-. Es lo único que tenemos.

Habíamos pasado los tres días acostados mirando el techo o las paredes sin hacer nada. Ya estaba harta de estar así, ese día tampoco hicimos nada. Cuando llegó la noche y Harry se durmió decidí que era mejor dormir también. Aún que no pude dormir nada.

Habían pasado horas y lo único que escuchaba era la respiración de Harry y los ronquidos de Dudley. Eso hasta que vi una luz que entraba por la ventana.

Me senté en la cama alarmada y quedé pasmada con lo que vi: eran tres pelirrojos en un auto volador. El que iba en los asientos de atrás bajó su ventanilla y saco la cabeza del auto, acercó un brazo a la ventana y le dió unos golpes con el puño como si estuviese llamando a una puerta.

-¿Casiopea?- dijo al darse cuenta de que estaba despierta y lo miraba con la boca abierta-. Soy Ron, Ron Weasley.

-¿Ron? ¿El amigo de mí hermano?-pregunté sorprendida, Harry me había hablado muchas veces sobre él en sus cartas. En seguida me levanté a abrir la ventana-¿Qué haces aquí? ¿Y cómo es qué eso vuela? Ay, por dios, espera. Voy a despertar a Harry.

Corrí hasta la cama de Harry y lo moví para que despertara.

-Harry - le dije susurrando, él solo balbuceaba cosas aún dormido. lo seguí moviendo, pero de forma más brusca-. Harry, despierta. Tu amigo Ron está en la ventana con un auto volador.

Harry se despertó.

-¿Que Ron qué? -dijo sentándose en la cama. Me hice a un lado y él pudo ver a ron a través de las rejas de nuestra ventana. Se levantó rápido y se acercó a él -. ¡Ron! ¿Qué haces aquí? ¿Esos son Fred y George?

Me acerqué con él y pude ver a dos chicos exactamente iguales.

-Oye, no me hablaste de ellos-le dije a Harry-. ¿Quienes son?

-Son mís hermanos...-me dijo Ron, y estaba a punto de seguir hablando pero Harry lo interrumpió.

-Eso ahora no importa, Ron- le dijo-. Pueden volver y decirle a Dumbledore que nos encerraron y no podremos ir a Hogwarts...

-¿De qué hablas? Vinimos a llevarlos con nosotros. Mí papá llegó el otro día del trabajo diciendo que les enviaron una amonestación por usar magia fuera del colegio.

-Si. ¿En qué estaban pensando?-dijo uno de los gemelos, con la mirada fija en mí. Harry, que no le pasó desapercibida esa acción, le dirigió una mirada áspera.

-Saben que no está permitido-dijo el otro, llamando la atención de Harry.

-No fuimos nosotros- dijo Harry.

-Fue un estúpido elfo doméstico- dije yo-. Hizo volar y explotar un pastel de mí tía Petunia.

Los tres hermanos me miraron extrañados.

-¿Pueden dejar de mirarme así y decirnos cómo nos van a ayudar a escapar de aquí?- les dije.

-Ustedes también son menores de edad- dijo Harry-. ¿Cómo nos ayudarán si tampoco pueden usar magia?

-No necesitamos magia, Harry-dijo Ron como si fuera algo obvio y luego señaló a los gemelos-. ¿Para qué crees que traje a estos dos conmigo?

Uno de ellos le pasó una soga a Ron que se la dio a Harry y le dijo que le haga un nudo a la reja y se alejara. Cuando nos alejamos el gemelo que manejaba el auto aceleró y la reja se desprendió de la ventana quedando flotando a unos metros del suelo.

Mientras Ron la subía al auto yo me acerqué a la puerta a escuchar si alguno de los Dursley se había despertado, pero no. Aún se seguían escuchando ronquidos.

-Denme sus cosas y suban-dijo Ron mientras abría una puerta del auto y su hermano acercaba el auto a la ventana de nuestra habitación.

-No podemos, Ron- le dijo Harry- nuestros baúles están bajo llave en la alacena debajo de la escalera.

-Yo puedo ayudar con eso- dijo uno de los gemelos, sacando un pie del auto y metiéndose a nuestra habitación se acercó a la puerta y metió unos ganchos hasta que se escuchó el click del cerrojo.

-Espera- le dije-. Yo te acompaño, vi donde esconden la llave, de mientras Harry puede ir dándole a Ron nuestras cosas y a Hedwig.

Él solo me dedicó una sonrisa y se hizo a un lado para que yo pudiera salir primero. Lo guié por el pasillo y escaleras abajo.

-No pises el último escalón -le dije, mirándolo por encima de mí hombro-. Es el que cruje.

Al llegar a la puerta de la alacena seguí de largo hacia la cocina y le señalé una cajita que había sobre el refrigerador.

-Tendras que bajarla tú, yo no alcanzo.

Él hizo lo que le dije y volvimos hacia la alacena. Sacamos los baúles y y los llevamos a la habitación. Al llegar Harry, Ron y los gemelos los metieron al auto con algo de dificultad.

-Oye ¿Qué haces? -le dijo el gemelo que estaba a mí lado a Ron, al ver qué este se metía en el asiento de adelante.

-Me toca ir adelante- dijo Ron simplemente.

-Ron, no seas infantil.

-Soy muy infantil.

Yo puse los ojos en blanco. Que peleas absurdas por dios.

-Ya cierren la boca y suban-les dije.

El hermano de Ron y Harry me miraron e hicieron lo que les pedí. Primero subió el hermano de Ron, luego yo y cuando estaba por subir Harry escuchamos a Hedwig soltar un fuerte chillido seguido del grito de tío Vernon.

-¡ESA MALDITA LECHUZA!

-Hedwig -dijimos con Harry. Él volvió para buscarla y darmela, yo se la di a Ron.

Harry estaba a punto de subir a la ventana cuando tío Vernon abre la puerta de nuestra habitación. Harry se apresuró a subir a la ventana para que lo ayudaramos a subir al auto, pero no fue demasiado rápido.

-¡Petunia! -gritó tío Vernon agarrando a Harry del tobillo-. ¡Petunia, se escapan!

-Mierda, Harry- dije mientras tiraba de uno de sus brazos y el hermano de Ron de otro-. Solo dale una patada, total no lo volveremos a ver hasta el próximo verano.

Harry le dió una patada haciendo que tío Vernon lo soltara y cayera. Lo subimos al auto y el otro gemelo que iba manejando aceleró el auto mientras Harry terminaba de cerrar la puerta.

-Mierda -dije, no podía para de tomar grandes bocanadas de aire-. Nunca había hecho algo tan peligroso. ¿Lo hacemos de nuevo?

Harry me dirigió una mirada incrédula y yo solo le sonreí como angelito. Él, como siempre que hago eso, me dedicó una sonrisa tierna. El gemelo que estaba sentado a mí lado soltó una risa.

-Harry, tu hermana ya me cae mejor que tú y eso que ni nos presentaron.

Harry le puso mala cara y justo cuando estaba por decirle algo lo interrumpió.

-Tienes razón Fred-dijo Ron dándose la vuelta en su asiento y señalando primero al gemelo sentado a mí lado y luego al que iba manejando-. Casiopea, ellos son Fred y George.

-Pues, creo que es algo tarde para decir "Hola" ¿No?- les dije-. Pero no me digan Casiopea, solo Cassy.

-Okey, Cassy- dijo George, desde el asiento delantero.

-Oigan-dije al cabo de un rato, la verdad me estaba dando sueño-. ¿Ustedes viven muy lejos?

-Si, algo- dijo Fred.

Me giré hacia Harry, quién me entendió con solo una mirada y se acomodo para que yo pudiera poner mí cabeza en su hombro y dormir un poco. Lo hice y en pocos minutos me quedé dormida mientras Harry les contaba lo que pasó con Dobby y los Dursley.

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Hola otra ves :)

Espero disfruten este capítulo. <3 <3

∆|•Cassy Potter•|∆ Parte I y II. [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora