2 - parte II

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Casiopea.

Estaba terminando de responder a una nueva carta de Regulus cuando Harry entró a la habitación con los dos baúles a rastras y los dejó en el suelo para comenzar a guardar nuestras pocas cosas que estaban desparramadas por la habitación a toda prisa.

-¿Qué haces?-pregunté, me alejé del pequeño escritorio acercándome a él con cautela.

-Tenemos que irnos-dijo sin dejar de guardar nuestras cosas, cuando terminó cerró los baúles me lanzó un abrigo y salió de la habitación. Me puse el abrigo viejo de Harry y lo seguí por el pasillo-. Inflé a tía Marge y salió volando.

-¡¿Que hiciste qué?!-me alarme-. ¿Te tomaste demasiado en serio lo de la última cena de Marge en la casa o qué?

Tío Vernon nos interceptó en las escaleras.

-¡Regresa a Marge!-le dijo a Harry mientras yo me acercaba disimuladamente a la salida-. ¡Regresala ahora y que esté normal!

Abrí la puerta y me dirigí al jardín siendo seguida a los pocos segundos por Harry que se deshizo de tío Vernon y comenzó a caminar arrastrando ambos baúles.

-¿Y Hedwig?-pregunte cuando nos alejamos unas cuantas calles, tomé mi baúl de la mano de Harry ralentizamos nuestros pasos.

-La dejé que volara-dijo sentándose en la orilla de la calle, habíamos llegado al parque donde encontramos al perro hace unos días-. No sé a dónde iremos pero podrá encontrarnos.

-¿Qué pasó con tía Marge?-pregunté sentándome a su lado.

Harry me contó lo ocurrido en la cena. Tía Marge se había quedado una semana en la casa de los Dursley, haciéndonos a Harry y a mí la vida imposible. Bueno, a Harry más que a mí ya que no me permitían salir mucho de la habitación porque a Marge no le gustaba tenerme cerca.

-¿A dónde iremos ahora?-preguntó Harry mirándome.

-No lo sé-dije preocupada-. ¿Crees que él ministerio nos esté buscando ya?

Harry frunció el ceño y desvío la mirada hacia cualquier lugar que no fuese yo.

-¿No te sientes... Mmm, observada? -preguntó luego de estar unos momentos en silencio.

Me encogí de hombros e hice una mueca restándole importancia mientras miraba a mí alrededor.

-Oh, solo es el perrito del día-dije mirando el perro negro que estaba junto a un garaje en la acerca de en frente-. ¿Qué haces aquí grandullón? Ven

-¡No lo llames, no podemos llevarmoslo!-reclamó Harry. Aún que cuando el perro se acercó le acarició detrás de las orejas.

-¿Y por qué no?¿No nos estamos escapando del ministerio? Nos vendrá bien la compañía de este guapo.

-No estamos escapando-corrigió-. Solo estamos...

Harry saco su varita del bolsillo trasero de su pantalón cuando escuchamos un ruido cerca.

-Sabes, te puedes quedar sin una nalga si sigues guardando tu varita así-dije sacando también mí varita.

Harry me miró confundido pero decidió restarle importancia a mí comentario y seguir mirando a nuestro alrededor.

De repente, el perro soltó un ladrido, haciéndonos sobresaltar. Harry conjuró un lumus de los nervios.

Escuché otro ruido y tiré de Harry hacia mí para abrazarlo, lo que fue una suerte porque donde había estado su cuerpo dos segundos antes ahora había un autobús extraño de tres plantas.

∆|•Cassy Potter•|∆ Parte I y II. [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora