Unos labios sabor a cereza

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JACOB

Me tumbe sobre mi cama aún con el corazón a cien. Un pequeño hormigueo me recorría el cuerpo. Aún temblando cerré los ojos. Por fin había entendido que valía la pena. El dolor. Las emociones. Los sentimientos. Sentir.

Rozar sus labios había sido un chispazo de energía. Por fin me había dado cuenta que incluso en las noches más oscuras, se podía encontrar algo de luz. Por que eso había sido besarla. El sabor a cereza. El olor de esa noche estrellada. Sus suaves dedos enredados en mi pelo. Su mirada llenándome por dentro. Ella. Siempre había sido ella.

Y ahora que por fin me había dado cuenta, renunciar a ello era imposible.

Cantando bajo las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora