Capítulo 21

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Narra: Boris

Santiago, Rep.Dom

Varios días después

Ya han pasado varios días que hemos vivido por decirlo así en el hospital, pero ya hoy nos vamos a casa gracias a Dios, quería irme a casa ya para disfrutar con mis chicas.

- Ya estamos listas - me avisa Lía cuando me ve entrar a la habitación, venía de pagar el alta.

Camino hacia donde está la cunita de Dalia y mi pequeña Flor está durmiendo como lo que es, un angelito.

Acaricio sus mejillitas sonrojadas, amo a mi hija.

- Papá será tu héroe y te va a proteger de todo y de todos - digo tomándola en mis brazos y camino a tomar los bultos con mi mano libre, sin peso para que Lía pueda caminar tranquilamente porque, aunque ya le quitaron los puntos de la cesárea puede abrirse o algo más.

Tomamos el ascensor dónde ya en la salida se encuentra Vladímir.

Coloco a Dalia en la silla que compré para que luego Lía se suba a su lado lentamente para emprender camino a casa.

El recorrido a casa me la pasé mirando por el retrovisor y estar pendiente de mis chicas, ambas iban durmiendo y yo siendo su ángel guardián.

Llegamos a casa y ellas aún están durmiendo, mi plan era llevarlas a Londres donde estamos, pero el clima está siendo no es favorable para la bebé.

Vladímir me ayuda con los bultos y la sillita de Dalia mientras yo tomo a Lía en brazos para su subir a la habitación que ordené que limpiarán para nosotros, así como también mandé a comprar todo lo necesario para Dalia hasta que podamos irnos.

Dejo a Dalila en la cama y a Dalia en la cuna para ir a la oficina que tengo para ponerme al corriente de todos los problemas de la mafia.

Después de tres horas de reunión vía Meet con los ministros de la mafia y algo me dice que algo se viene y hay que estar preparados.

Salgo de la oficina para pedir algo de comida a un restaurante cerca de aquí y que Lía pueda comer, ya que está amamantando.

Subo a la habitación y me encuentro la imagen, que puedo ver una y mil veces y será mi imagen favorita, ella dándole de comer a nuestra niña.

Me sonríe y me acerco a la cama para ver observarlas.

- ¿Dónde estabas? - Dalia termina de comer y la recuesta en su hombro para darle golpecitos en la espalda.

- Estaba resolviendo algunas cosas - beso su cabeza - ¿Quieres hacer algo?

- Quiero ir a casa, pero no es a casa en Londres, sino en Rusia - pide.

- Nena por ahora no podemos ir, no cuando las cosas están en mal estado, no puedo ponerte en riego, no puedo ponerlas en riesgo - le dijo tratando de hacer que me entienda, por qué es la verdad nada está bien.

- ¿En cuánto tiempo podemos volver?

- Unos cuantos años.

- Por mí está bien, es hora de empezar una nueva etapa.

Los días pasan y mi amor por mi hija créese cada día más.

Amo todo de ella, despertarme en la noche cuando llora, darle de comer, cambiarle los pañales, darle mimos, simplemente tenerla junto a mí.

Ahora son las 7 de la mañana y estoy con ella que desde ya está despierta a comparación de Lía que está durmiendo aún.

- ¿Quién es la flor de papá? - acaricio sus mejillitas y sus labios se lanzan en una pequeña sonrisa - mi ángel.

Tentadora Oscuridad © NUEVA VERSIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora