−¿Qué me dices de este? Me gusta el diseño...
Ava aún sonaba indecisa.
−El mandala es una excelente opción –le aseguró Rachel, mientras se paseaba por la habitación, impregnada de un fuerte olor a patchouli.
−Pero el pentáculo también es bonito ¿no?
Habían pasado más de media hora y su actitud comenzaba a exasperarla. La mujer que las había recibido pareció notar su frustración y se acercó con la intención de ayudar.
−Sabes... −comenzó a decirle a Ava, con un brillo extraño en sus ojos arrugados − el uso de la tinta es un arte ancestral lleno de historia y significado. Es la manera de reconocernos a nosotros mismos. Nos marcamos con aquello que nos conecta con lo más profundo de nuestro ser.
Mientras su amiga escuchaba, Rachel examinaba las paredes. Aquel lugar era demasiado extravagante para ser solo una tienda de tatuajes. Estaba repleto de figuras, objetos tribales y velas, dándole la apariencia de una tienda mágica de algún curandero.
De repente, atrajo su atención.
Un libro.
Aunque no era el libro en sí,, sino el dibujo que se hallaba en su lomo. Aquella pequeña ilustración pareció tocar una fibra sensible en su interior.
−El tatuaje representa una pequeña parte de lo que eres –continuó escuchando a la anciana−. Tal vez este no sea el momento adecuado para ti. Cuando lo sea, sabrás exactamente cuál es el indicado.
Rachel dejó caer el libro sobre el mostrador.
−Quiero esto –dijo señalando la ilustración.
Ava la observó boquiabierta.
−¿Ves a lo que me refiero? –río la mujer−. ¡Cuando lo sabes, lo sabes!
...−Bueno... vaya cambio deplanes –comentó Ava cuandosalieron de la tienda, visiblemente sorprendida−. Se suponía que solo ibas aacompañarme.
Rachel observó el pequeño koi azul que ahora nadaba en su muñeca.
−Ya escuchaste a la anciana –expresó encogiéndose de hombros.
−Si... −refunfuñó la joven de cabello rosado, no muy feliz con lo que le habíadicho−. Apropósito ¿por qué un pez?
−Representa a Sam –explicó Rachel, con aquella sensación de vacío que siempreaparecía mencionaba su nombre.
−Oh... Es una bonita forma de recordarlo.
−No es sólo eso –afirmó negando con la cabeza −. Lo recuerdo en cada momento. Estoes diferente, es una promesa.
−Ya veo... − su amiga le dirigió una sonrisa débil pero Rachel la miró directamentea los ojos, llena de determinación.
−No importa que haya pasado un año, o si pasan veinte más. Voy a encontrarlo,Ava, y lo traeré de regreso a casa –aseguró.
Aquella había sido la promesa que le hizo el mismo día en que desapareció,después de que esas manos decrépitas se aferraran a él como garras y se lollevaran.
Las manos de Helenka Petrov.
−Lo haré –repitió, mientras posaba la mirada en su muñeca, llena de esperanza−.Lo encontraré.
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La risa de la Bruja (borrador)
Novela JuvenilSaga "El Lobo" Libro 2 "La risa de la bruja" Ha pasado más de un año desde el incidente del matadero. Una pista reveladora. Una muñeca atada con hilo rojo. Y una frase del pasado que revelará el presente: "El Lobo Negro desgarrará la carne y tritu...