Parte Tercera: Tres historias

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(Esa persona)

Indagué en mi cabeza, busqué y rebusqué durante mucho tiempo la mejor forma de exponer una aquella tontería que una noche, como cualquier otra, cavilé sin más. Nunca hallé una respuesta que me satisficiera completamente. Expuse muchísimas veces esas ideas parado en todas las plazas, en cada tarima, en cualesquiera fuesen las aulas; con todos mis compañeros escuchando, todos sumidos en un silencio placentero e interesado. Mis palabras les llegaban, lo sé bien, volaban a su alrededor, pero rápidamente se desvanecían. Y ¿qué más haría? Ya pocos prestaban la atención del primer día, pocos asumían la paciencia y menos la sabiduría. Quizá por eso me inventé algunas historias, si es que las inventé. Confieso que no lo imaginé del todo, no creo haberlo hecho. Fue mucho más sencillo hacer un pequeño “corta y pega” directamente desde la realidad en la que subsistimos, objetivamente presentado, aunque sumido luego en la subjetividad que abrazaría mis interpretaciones, mi consciencia y mis paradigmas. Es natural que aún yagan desentendidas mis certidumbres. Pero paciencia, primero han de encontrar su final cada una de las historias.

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