↻┊ ❛ 3O días OTP ❜ ⚠️ + 18 ⚠️ ೃ 『 Garycato 』♡ .

24- ❝Cosplayeando❞.

Narrador omnipresente:

–No puedo creer lo que nos has hecho– Dijo molesto un ventrexiano gruñón quien estaba vestido con un traje de color oscuro de cuerpo completo, viendo a su hijo con el mismo traje pero de color gris, pronto vio a su amigo salir del baño de la nave, CON EL MISMO TRAJE pero de color blanco. –¿Me puedes decir de qué demonios vamos vestidos?– El rubio con emoción le puso cobertores para las orejas de los ventrexianos de los colores de sus trajes respectivamente al igual que les pegó una estampilla de luna menguante en sus frentes.

–Hace poco vi un anime y creo que me gustó la idea de ser los gatos, tú eres Luna, Pequeño Cato es Diana y yo– Se colocó una diadema con orejas de gato blanca al igual que la misma estampilla de luna. –Soy Atermis, somos una familia de gatos– Avocato maldecía internamente, desde que ambos se volvieron oficialmente padres adoptivos de Pequeño Cato, Gary se le ha pegado como goma de mascar, lo odiaba y amaba a la vez.

No iba a discutir sobre los disfraces, eran simples y no le incomodaba así que decidió pasarlo, la familia empezó a caminar por los pasillos hasta el hangar para finalmente bajar de la nave. Gary estaba muy ansioso, hacía años que no celebraba Halloween, le costó meses encontrar un planeta donde se celebrara algo similar por las mismas fechas, no le importaba que lo que hacían en ese planeta en Halloween era regalar ojos de dudosa procedencia, lo divertido era disfrazarse.

–Explícame de nuevo esto del "Halloween"– Hizo comillas con sus dedos, tenía una cara de amargado.

–Bueno, los niños se disfrazan, no necesariamente de cosas aterradoras, van a las casas, tocan y piden dulces, si no se los dan, hacen travesuras en la casa del dueño, aunque... bueno, eso era en la tierra...– Sonrió nostálgico, no creía en lo mucho que extrañaba su planeta de origen. –Por lo que investigué de este lugar, en vez de dulces te dan ojos y si no te los quieren dar, tienes el derecho de matarlos y llevarse sus ojos– Mencionó algo perturbado.

–Suena divertido– Mencionó el menor de los tres con su típica inocencia.

–¿Y qué hacen los adultos?– Preguntó Avocato.

–Van a fiestas, beben, comen y ya, como siempre.

–Bien, eso me convence, Pequeño Cato, nos veremos en la nave antes de que amanezca.

Los mayores abrazaron a su hijo adoptivo y lo dejaron ir, mientras ellos caminaban a donde sea que pareciera haber una fiesta. Gary comenzaba a notarse algo incómodo, el traje le rozaba las axilas y la parte interna de los muslos, miró a Avocato de reojo para ver si acaso tenía el mismo problema, pareció que no debido a su pelaje, sin embargo, el traje era tan ajustado que podía verse muy bien sus músculos, esto de los disfraces compartidos fue una muy buena idea.

Pronto llegaron a la fiesta, había una gran variedad de razas de aliens, bebidas y comidas de origen sospechosos y una que otra botellita de píldoras. A Avocato no le gustaba, le abrumaban los espacios con mucha gente y demasiado ruido, mientras tanto Gary estaba alucinante, la única fiesta en la que había estado era en una a la que se había colado en su adolescencia, se veía divertido, rápidamente jaló a su amigo para meterse bien de lleno a la fiesta, tomando unas bebidas y bailando. El ventrexiano le amargaba un poco que las bebidas no contuvieran tanto alcohol, lo cual es raro considerando que es una fiesta para adultos, supuso que era un tipo de alcohol pero que sólo afectaba a los originarios del planeta, suspiró rendido sabiendo que ahora tendría que soportar la fiesta estando sobrio.

–Ay vamos, no seas un amargado– Logró escuchar decir al rubio entre todo el ruidero de la fiesta.

–Lo siento pero no sé bailar– Inmediatamente escuchó a Gary aspirar fuertemente en sorpresa, después puso cara de indignación, lo miró confundido pero luego rió al ver cómo empezaba a mover sus hombros con un rostro de sensualidad.