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𝐉 𝐚 𝐦 𝐞 𝐬 .҉ 𝐏 𝐨 𝐭 𝐭 𝐞 𝐫
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Juegos. La famosa noche de juegos de mesa de la familia Rupperts era una de las noches más esperadas por Kiley, más que nada por lo que esta trae al final. Cada año, el segundo domingo en la noche, la familia Potter llega a casa a cenar y jugar, pero como siempre, después de unas cuantas copas de más por parte de padres de la familia, se terminan quedando a dormir. Dejando así, a James dormir en su habitación, claro que toda la noche se la pasaban contando historias de terror y para las dos de la mañana ninguno de los dos puede dormir del miedo, pero era la mejor parte.
Ese año era diferente, ya no eran niños. Kiley tenía 16 años y a James ya se le consideraba un adolescente hormonal. Por lo que no los dejarían dormir en la misma habitación. Y no es como que Kiley se viera decepcionada, pues el que James la viera despeinada y recién levantada ya no era cómodo tomando en cuenta que - aún con sus esperanzas hechas trizas - gustaba del miope.
-¡Kils, baja a elegir el juego! -Grito su abuelo. Por lo general la familia votaba por el juego, así que ese grito suponía que Kiley tenía la decisión final.
Bajo corriendo las escaleras y vio las opciones en la mesa. Estaba el ajedrez - Que jamás, en 16 años, ha sido elegido - tambien las damas chinas, monopoly, poker, uno y su favorito, adivinanzas.
- Ese - Apuntó a la baraja de cartas con dibujos animados y el conjunto de diademas en donde se colocaban.
Unos festejaron y otros se quejaron. Pero al final, todos estaban decididos a ganar.
-Los Potter llegarán en cualquier momento, coloquen la mesa.
Y cómo si su madre tuviera poderes, cuando el ultimo tenedor fue colocado en la mesa, el timbre sonó.
