3: Home

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—¿Necesitas ayuda?

Minhyun que había terminado de gastar la última moneda que guardaba dentro de su overol, se giró hacia su derecha, dando pronto con el dueño de la voz que le sobresaltó e incluso podría decir que le intimidó hasta cierto punto. El alfa se acercó mucho a su lado, demasiado para su gusto y su comodidad, y de pronto la distancia se limitó solo a la altura que de hecho era mayor que la de su papá y...

Estaba de más decir que Minhyun aún no se sentía familiarizado, en lo absoluto.

De hecho, había algo en su interior que le hacía sentirse un poquito reacio a su presencia por alguna razón, solo que aún no entendía el porqué o desde cuándo estaba ahí.

O quizás todavía no se atrevía a aceptarlo. Ni siquiera él se comprendía.

—Yo... —Minhyun se giró un poco más cuando se vio obligado a hablar y su vista vagó con nerviosismo en busca de su papá, encontrándolo rápidamente a tan solo unos pasos y sus ojos ya estaban fijos sobre él, siempre al pendiente, dándole la poca tranquilidad que necesitaba cuando le dedicó una pequeña sonrisa de labios cerrados mientras caminaba lentamente hacia ambos.

Eso debería ser suficiente para que no le perturbe tanto como lo estaba haciendo, pero Taehyung le miraba atento y con ojos grandes de cuclillas junto a él, esperando a que terminara de decir algo que ciertamente Minhyun no lograba maquinar, los dos frente a una máquina de peluches que hacía un ridículo sonido de fondo en la incómoda escena.

Minhyun ni siquiera recordaba lo que le había preguntado...

—Déjame y lo intento, ¿sí? —Taehyung le sacó abruptamente de su hilo de pensamientos cuando su voz grave y baja sonó de nuevo—. Si lo hago y gano... —el alfa miró brevemente hacia los peluches cuando se atrevió a decir y pronto tuvo en su campo de visión a uno en específico, el que le pareció perfecto como para convertirse en su primer, y posiblemente único, objetivo—. Si yo gano, tú te quedas con el peluche, pero a mí me toca darle un nombre bonito. ¿Te parece eso?

—¿Y si no gana? —el niño preguntó de inmediato y Taehyung casi se atragantó por el daño directo a su orgullo ante el tono decaído con el que dijo eso.

Aunque pronto se dio cuenta que no era el único presenciando lo que denominó como una humillante escena, porque entonces una risita ahogada se escuchó detrás de sí y no tuvo que girarse para saber quién era, el aroma dulce y atractivo del omega anunciando su proximidad cuando le acarició en las fosas nasales.

Además, esa risa... la reconocería en cualquier sitio.

—Si yo gano, me toca nombrarlo, pero si por alguna razón pierdo con las tres oportunidades, entonces te compraré lo que quieras en la dulcería del cine. ¿Está mejor? —le dijo con las cejas alzadas, ladeando el rostro cuando vio que el pequeño parecía estarlo considerando.

—¿Y usted qué gana? —murmuró un tanto apenado porque aún se sentía extraño hablarle de frente, sus labios no abriéndose lo suficiente al hablar pero moviéndose por su cuenta ante la curiosidad que surgió entre sus vagos pensamientos—. ¿En qué opción gana algo?

Gano solo con que me mires hacerlo.

—El nombre —fue lo primero que se le ocurrió—. Me hace ilusión ponerle un nombre bonito, pero yo no suelo comprar peluches porque no tengo dónde ponerlos. Tú te puedes encargar de eso.

Y al parecer eso fue suficiente para convencerle, porque Taehyung terminó por cantar victoria internamente cuando le vio moverse lentamente hacia un lado, dándole espacio suficiente para que se colocara frente la palanquita de un llamativo color rojizo que servía para mover la garra.

All for you | TKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora