13: Slow Dancing

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—¿Seguro que estás bien?

Jungkook ni siquiera volteó a verlo cuando lo escuchó decir, pero tampoco se abstuvo de asentir para no parecer grosero.

—Ya estoy mejor que ayer, solo un poco cansado —el omega le dio una pequeña mirada al alfa que se la devolvió con la suya bañada en preocupación ante el tono serio de su voz, sus ojos oscuros e indiferentes calándole más de la cuenta cuando se desviaron sin compasión tras no más que un par de segundos.

Una parte de Jungkook se sintió mal porque últimamente él era la razón de ese tipo de miradas pesadas, pero por otro lado, también creyó que quizás era algo que el alfa se merecía por el momento, que era justo que resintiera un poco de su actitud distante después de haberlo abandonado de aquella manera durante su celo.

Aunque no pudo decir nada más que eso y mucho menos si se trataba de confesar su razones egoístas e inmaduras. Sabía que en parte también era su culpa.

—¿Estás seguro que estás buen? Porque si necesitas descansar un poco más puedo intentar hacer algo —Taehyung no apartó su vista del omega aunque esté solo se enfocaba en detallar la vista del frente que no tenía nada que ofrecerle—. Si quieres puedo intentar...

—No quiero, ya vámonos —Jungkook interrumpió sin una segunda reacción de por medio. y el alfa alzó las cejas con sorpresa ante su voz que sonó seca e irritada a pesar de sonar tan bajita. El omega solo suspiró rendido al percatarse de la forma en la que había hablado, y su mirada solo se perdió más en el amplio estacionamiento de su trabajo cuando el frío en su pecho se expandió hasta calarle en los huesos—. En serio ya estoy bien, yo solo... Ya quiero irme.

Contrario a su petición, Taehyung apagó el motor del vehículo.

—¿De verdad? Porque yo preferiría que me dijeras desde ahora si es que hay algo que te incomoda —dijo con insistencia pero sin abandonar el tono suave de su voz, sus labios presionándose juntos con cierta angustia cuando el omega no le devolvió la mirada—. Sabes que no puedo saber lo que piensas si no me lo dices. Hablemos para que pueda entenderte.

Y el nudo en la garganta de Jungkook que retenía sus palabras se tensó cuando el alfa colocó su mano sobre su rodilla, una parte de él derritiéndose por el tacto por el que había estado esperando desesperadamente durante los últimos días, pero otra bastante grande reclamándole buscar lejanía tan solo de recordar la forma en que lo traicionó desde la perspectiva de su lobo. Le había mentido después de que él confió ciegamente en él y aún le dolía.

No se dejó llevar por ninguno de esos pensamientos porque no sabía a cuál de ellos debía prestarle atención, por eso solo se calló.

—¿En serio no me lo vas a decir? —preguntó como último intento cuando no obtuvo ningún tipo de respuesta y una sensación pesada se instaló en su pecho cuando Jungkook se mantuvo en la misma posición. Taehyung no pudo retener un suspiro largo cuando regresó su vista al frente, aguardando un momento para recomponerse antes de asentir para sí, casi obligando a su cuerpo a reaccionar para quitar el freno de mano del carro—. Bien.

Cuando el vehículo crujió al encenderse, el omega inhaló fuerte porque la incomodidad se volvió insoportable, el ligero movimiento atrayendo la mirada del alfa que aguardó hasta que lo vio encontrar el valor necesario para...

—No viniste después de que me dijiste que lo harías —Jungkook dijo en un murmuro, tan bajito que su voz casi se pierde entre el sonido del motor—. Cuando te llamé no viniste y lo intenté muchas veces incluso al día siguiente. Me ignoraste.

Taehyung se sorprendió por la declaración, pero realmente no se esperó las lágrimas que empezaron a bajar por las mejillas de omega cuando al fin lo miró, con una mezcla de tristeza y resentimiento brillando en sus bonitos ojos que le robaron el aliento de una forma distinta a la usual.

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