8: Love Maze

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—¿Entonces ya no irás conmigo en el transporte? —Juntaek le preguntó con cierta sorpresa a su lado, los dos sentados sobre una de las tantas bancas que estaban antes de la salida de la institución, en donde sus maestras aún podían verles.

Aún tomaban sus precauciones. Solo por si las dudas.

—No por el momento —Minhyun murmuró un tanto distraído mientras balanceaba sus pies que quedaban suspendidos en el aire por unos pocos centímetros—. El transporte solo llega un poco más allá del estacionamiento, así que papá dice que es más seguro si vienen por mí hasta aquí.

Juntaek que se había preparado para refutar cada uno de sus posibles motivos para abandonarle, solo terminó por asentir resignado y con un puchero cuando se dio cuenta de que quizás no era adecuado contradecirlo.

Porque de hecho, tenía razón.

—Oh, así que... Supongo que es por eso que Taehyung-ssi ha venido estos días, ¿no? —preguntó antes de que Minhyun asintiera despacio, suspirando bajito al deslizarse un poco hacia atrás sobre su asiento, hasta que sus pies al fin tocaron el suelo—. Bueno, pues en ese caso... Si esa es la razón por la que vas a dejar de acompañarme en el transporte, entonces te perdono. Solo porque me importa tu seguridad y porque Taehyung-ssi me cae bien.

—Es agradable —Minhyun dijo para su sorpresa y mientras se acomodaba contra el respaldo, aplastando un poco su mochila al encontrar una posición más cómoda—. Él y papá llegaron a un acuerdo, así que después de pasar por mí, se queda a comer con nosotros como agradecimiento. Después los dos regresan al trabajo como siempre.

—Esa es la ventaja de que todo les quede tan cerca, y suena bastante justo para mí. La comida es una buena forma de pago —Juntaek asintió como si la situación ameritara su aprobación—. Además, tú papá cocina muy bien, de seguro con eso es más que suficiente.

—Sí, yo también lo creo. Pero lo único malo de todo esto, es que ya no podemos jugar con tu Nintendo de camino a casa como siempre —Minhyun lo miró con ojos tristes aunque Juntaek le sonrió de regreso—. Ya casi terminábamos todos los mapas, después de tanto tiempo.

—Podemos terminarlos cuando vayas a mi casa —el niño le dijo con la intención de intentar animarle un poco, y al parecer funcionó más rápido de lo que creyó, porque el rostro de Minhyun prácticamente se iluminó al instante—. Papá me dijo que quizás compre una consola de las grandes este fin de semana, así que podemos jugar ahí y se verá mucho mejor. Puedes ir cuando quieras.

—Sí, le pediré permiso a papá —asintió con una sonrisa y con la vista fija en Juntaek, al instante siguiente desviándola hacia la entrada cuando una figura familiar y bastante llamativa captó su atención por el simple hecho de estar ahí.

Minhyun se puso de pie en cuanto Taehyung entró con cierta duda en la institución, y ya parecía ser inevitable que el alfa se robara la atención de todas sus maestras omegas cada vez que se atrevía a poner un pie ahí.

Uh.

—Uhm... Creo que nos vemos mañana —le despidió el niño que aún seguía sentado sobre la banca, y Minhyun asintió antes de alejarse agitando su mano hasta que estuvo lo suficientemente lejos, deteniéndose poco a poco frente al alfa que también saludó a su amigo a la distancia.

Minhyun a veces envidiaba la capacidad de Juntaek para hablar y en general relacionarse con cualquier tipo de persona.

Especialmente en momentos como ese.

—Hola... —murmuró despacito al alzar la mirada con cierta timidez, todavía sintiéndose un tanto cohibido con la presencia con la que llevaba poco más de una semana conviviendo a diario.

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