—¿Entonces a tu papá le gusta Taehyung-ssi? —Juntaek preguntó asombrado mientras masticaba los pedacitos de fruta que su mamá le había cortado esa mañana antes de salir, sus cejas saltando sin entender la preocupación ajena cuando el niño junto a él abrió demasiado sus ojos.
—¡Junnie! —Minhyun dijo exaltado al cubrirle la boca con una mano, mirando alarmado a su alrededor para asegurarse de que nadie más que él lo hubiera escuchado—. Ten cuidado con lo que dices. No puedes decir esas cosas en voz alta.
—¿Por qué no? —Juntaek preguntó despreocupado mientras se llevaba otro bocado a la boca.
—Pues porque... —Minhyun no sabía muy bien la razón a decir verdad, pero estaba seguro de que la confesión del omega entraba en la clase de cosas que no se le decía a cualquiera. Así era en las películas—. ¿Qué pasa si a mi papá le da vergüenza que sepan quién le gusta y por tu culpa se enteran? ¿Y si Taehyung-ssi aún no lo sabe?
—Hey, tú también acabas de decir su nombre —Juntaek lo acusó con una sonrisita y Minhyun se cubrió la boca con ambas manos alarmado—. Además, claro que debe saberlo. Dijiste que tu papá dijo que Taehyung-ssi también quiere ser parte de tu familia, a mí me parece que lo sabe.
—¿En serio lo crees? —dijo bajito y sorprendido mientras sus ojos se desviaban hasta sus manos que se unieron sobre sus piernas, sus mejillas poniéndose tibias por una timidez que aún no entendía—. Todo esto es muy extraño.
—¿Por qué es extraño? ¿No te gusta que se gusten? —Juntaek preguntó sin detenerse a pensar en el lío que había en la cabeza del niño a su lado mientras masticaba, no haciéndolo ni siquiera cuando Minhyun lo miró con la misma cara que ponía cuando no entendía sus tareas de matemáticas después de que se la explicaran muchas veces—. A mí me gusta.
—No dije que no me gustara —Minhyun dijo casi indignado y con su ceño fruncido, pero este se disolvió en el instante en el que Juntaek le ofreció un trocito de su fruta que no dudó en tomar, sonriendo por el sabor dulce de la manzana que explotó en su paladar.
—¿Entonces? —el niño preguntó con la misma tranquilidad de siempre—. Tu papá es muy dulce y responsable, y Taehyung-ssi muy paciente y ocurrente, yo lo he visto algunas veces cuidar a su sobrina y se nota que también es muy cariñoso y atento. Ahora que lo pienso, creo que los dos harían una muy buena pareja y presiento que Taehyung-ssi va a tratarte muy bien. Me gusta.
Antes de que Minhyun pudiera decir algo, el sonido de la campana sonó y Juntaek se puso de pie primero con rapidez, tendiéndole la mano para ayudarle a bajar de la banca que compartían y él no se negó.
—No te preocupes, Minnie —Juntaek le dijo cuando llegaron a su salón, dándole una pequeña palmada en la cabeza como su padre hacía con él cada vez que se sentía nervioso—. Estarán bien.
Y mientras caminaba hasta su propia aula, Minhyun se sintió más relajado y hasta un poquito emocionado con el posible cambio que habría en su vida. Una sonrisa apareció en su rostro al imaginar que, incluso si las cosas habían terminado muy distinto a lo que antes creyó, eso no significaba que fuera malo. Si pensaba de manera positiva, quizás podría ser mejor de lo que había pensado.
Minhyun siempre había querido a alguien que cuidara a su papá y a él, que los acompañara a todos lados y que los amara tanto como ellos ya hacían.
Quizás ese alfa de sonrisa amable y ojos cálidos podría hacer todo eso.
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