All for you | TK

7: Butterfly

—No recuerdo muy bien dónde lo puse, pero intenta buscarlo en el bolsillo que está a un costado. Usualmente lo guardo ahí —el omega murmuró mientras apagaba la estufa eléctrica a la que aún no estaba del todo acostumbrado, y Jungkook no necesitó más que solo un segundo después de ello para darse cuenta de que toda la firmeza que se había propuesto mantener para lo que durara esa llamada con el beta, finalmente no le serviría de nada.

Porque aún si Jungkook había atendido el celular a sabiendas de que eso también podría llegar pasar, la realidad es que no pudo hacer más que sobresaltarse y encogerse entre sus propio hombros cuando pequeños besos fueron repartidos a lo largo de todo el costado de su cuello descubierto, cuando los brazos a su alrededor solo se apretaron aún más al removerse inquieto.

Oh.

—Minnie me dijo que tampoco están ahí y ya revisé yo también, pero no hay nada. Si quieres puedo ver una última vez porque tú dices, pero... —Namjoon no terminó de escucharse al alejarse del micrófono del celular, y Jungkook optó por abandonar los palillos dentro del sartén que empezaba a enfriarse mientras lo esperaba aún de pie frente a la estufa, entre paciente y ansioso.

El omega aprovechó el poco tiempo y la libertad de su mano, y fue casi que inconsciente la repuesta de su cuerpo al alzar la mano para acariciar el cuero cabelludo del alfa, quien no se había despegado de él desde hace un buen rato, prácticamente desde que cruzó el umbral de esa cocina. Taehyung solo murmuró satisfecho ante la caricia que poco a poco fue descendiendo hasta convertirse en un masaje para su nuca tensa, y solo hasta entonces el alfa se dignó a apartar sus labios lejos de él, terminando por solo apoyar la frente contra el hombro del omega cuando el tacto dulce logró aquietarlo lo suficiente como para poder dejarlo un rato en paz.

Al fin.

—Si no está ahí, hyung, entonces debe de estar en una bolsa pequeña que puse dentro de la mochila, en donde está su cepillo y la pasta dental. Creo que la guardé en la bolsa más grande —Jungkook dijo tranquilo por la presencia que le acompañaba, y con los párpados sintiéndosele un tanto pesados cuando manos tibias se colaron sigilosamente debajo de su sudadera ancha comenzar a acariciarlo, presionando suavecito contra su vientre para terminar de apegarlo contra el cuerpo detrás suyo que lo recibió cálido y vasto contra su espalda.

¿Acaso...? ¿Estaba intentando desconcentrarlo a propósito?

—Aquí está la bolsa que dices —Namjoon murmuró algo distraído a través del altavoz, y el simple sonido de algunos objetos moviéndose con tanto descuido a través del celular, hicieron que el omega imaginara la graciosa escena del beta hurgando con fastidio dentro de la pequeña mochila de Minhyun—. Supongo que deben de ser estas, ¿no? En serio espero que lo sean... pero no puedo creer que estuvieron aquí todo este tiempo.

Ante eso, Jungkook no pudo evitar reír y Taehyung solo alzó un poquito la cabeza al escucharlo.

—Pues yo no recuerdo haberle dado otro tipo de gotas para el viaje, así que supongo que sí. Bien hecho, hyung —alardeó solo para molestarle un poco, y el gruñido bajo que escuchó en respuesta le aseguró su cometido—. Él ya sabe bien cómo ponérselas por su cuenta, así que solo asegúrate de que sean dos en cada ojo. Dos veces al día, cada doce horas.

—Okay, cada doce horas... Entonces tendrá que esperar un rato más antes de las siguientes. Entiendo —dijo antes de soltar un suspiro cansado al que le siguió un quejido bajito, y Jungkook sintió genuina curiosidad sobre cómo es que les estaba yendo a todos por allá cuando escuchó murmullos distantes de voces que no alcanzó a reconocer—. Bien, Jungkook, te dejo ahora porque aún debo de hacerles de comer a este par de demonios. Nos vemos mañana, aquí te cuido a tu descendencia.