20: Let Me Know

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—Disculpa, ¿sabes cómo funciona esto? —la voz aguda e inocente de Junghoo se clavó en su tímpano de forma molesta por enésima vez en el día, y Jungkook no necesitaba mirar hacia él atrás para saber a quién le estaba hablando.

El tono fastidioso y fingido que estaba usando era exclusivo para un solo alfa.

—Solo debes presionar el botón. Este de aquí —Taehyung dijo de forma amable, pero Jungkook lo conocía lo suficiente para saber que no estaba precisamente contento en la insistencia del omega—. El único grande y verde. Puedes leerlo en las instrucciones.

Habían pasado ya varios días de la misma manera y Jungkook no creía poder soportar por otro más el descaro de ese omega que no dejaba de buscar cualquier excusa para pasar tiempo con Taehyung. Le preguntaba cosas estúpidas que ya sabía, como hace unos momentos, y lo acompañaba a todos lados desde que notó la barrera que de nuevo había entre ellos, solo había esperado a que se separaran un poco para poder lanzársele.

Era molesto e incómodo hasta para él que Junghoo no aceptara el rechazo del alfa, pero lo era aún más que lo mirara con esa altivez imperturbable cada vez que ambos omegas se encontraban en las escaleras o en el ascensor, como si finalmente hubiera ganado algo que los dos querían.

Era ridículo e infantil, pero Jungkook lo detestaba más que nada porque a pesar de eso, aunque sabía que sus insinuaciones no eran correspondidas, presenciarlo sin poder intervenir lograba hacer que le doliera, le dolía mucho.

—¿Jungkook-ssi? —Park Minhi lo llamó con sorpresa cuando lo encontró de pie junto a la cafetera del piso de abajo, en donde Jungkook se había estado escondiendo los últimos días para evitar las escenas incómodas de cierto omega—. ¿Vas a almorzar aquí?

Jungkook ni siquiera había desayunado, mucho menos había pensado en qué iba a almorzar.

—Hola, noona —el omega saludó con una sonrisa amable que la beta correspondió—. No, por desgracia no tuve tiempo de cocinar nada en casa y tampoco tengo muchas ganas de salir a comprar. Quizás más tarde ordene algo.

—¿Y crees que con ese café será suficiente para el resto del día? Falta mucho para salir —la mujer lo regañó con voz suave y su ceño fruncido, pero su expresión arisca no duró más de un segundo porque tenía cierta debilidad por ese omega. Era muy amable y respetuoso con ella, por lo que no podía molestarse con él—. ¿Te gusta el mandu?

Jungkook asintió confundido, pero la sonrisa en su rostro se borró cuando la beta sacó de su bolso una pequeña porción que colocó sobre la mesa.

—Oh no, noona. Muchas gracias, pero realmente no tengo apetito. Estoy bien —el omega dijo apenado mientras negaba con una sonrisa al comprender sus intenciones—. Por favor disfrute de su comida.

—No lo rechace, Jungkook-ssi. Tengo suficiente para ambos. Mire, hay bastante —la beta le restó importancia mientras le mostraba el interior de su bolso con más comida. Jungkook lo consideró por su insistencia, y al darle otro vistazo, sintió su boca salivando cuando el aroma se esparció por el aire—. Siento mucho lo que voy a decir, y quizás piense que soy una fisgona por esto —Minhi dijo con una sonrisa apenada y el omega la miró confundido—, pero he notado que estos días no ha estado comiendo muy bien y decidí traerle algo porque pensé que le gustaría. Entiendo que a veces hay días muy malos, Jungkook-ssi, pero también recuerde que tiene un niño en casa que necesita que esté sano para poder cuidar de él. Tienes que cuidar de ti.

Se sintió como una puñalada en el corazón enfrentar algo que le costaba tanto ignorar.

Porque aunque Jungkook no compartiera su pesar con nadie, la realidad es que ya no podía dormir por las noches si no estaba cerca del aroma de su cachorro consolando su tristeza. Las horas que pasaba en el trabajo se sentían inimaginablemente largas y agotadoras, y su pecho dolía mucho más de lo que pensó que podría tolerar porque no solo era él el que estaba triste, también lo estaba su omega y la opresión que estrujaba su corazón era tan fuerte que solo quería llegar a su casa y llorar por horas.

All for you | TKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora