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Taehyung se divirtió durante unos momentos en la zona sensible de Jin, recordando de antaño que aquello siempre lo ponía al cien, y pudo ver la realidad reflejada en ese momento. Los puños de Seokjin apretados en las sábanas debajo de ellos, su boca entreabierta mientras soltaba gemidos entrecortados que eran melodías para el azabache y los ojos cerrados sin poder con toda la estimulación que sentía, no solamente de la lengua de Taehyung, sino también de los movimientos pélvicos que hacía hacia atrás y hacia adelante con su trasero posicionado directo en su miembro, con su piel canela presionando a la suya sin nada entremedio que los separara, sintiéndolo por primera vez en tanto tiempo que sintió que podía correrse en ese mismo momentos.

Eso, sumado a que Taehyung tenía algo increíble que ningún otro hombre poseía: esa maldita voz de infarto.

Su voz baja, grave y penetrantemente sexy en el pasado había sido suficiente, en conjunto con una masturbación rápida, para hacerlo llegar al orgasmo. Él sabía lo que tenía, sabía las armas que poseía y las ocupaba todas en contra de Jin de una manera desesperante.

—T-Tae... —gimió, pidiendo algo que ni él sabía que era.

—¿Hmm?

Los labios de Taehyung se desviaron a su boca, devorando los gruesos labios de Seokjin de nuevo, como si nunca pudiese tener suficiente de su sabor. Y es que ambos habían estado tanto tiempo privados del otro que no era sorpresivo que la necesidad los consumiera, menos aún el deseo.

—Por favor...

Taehyung se separó, y le sonrió maliciosamente a la vez que se acercaba a su entrepierna y abría su cremallera y dejaba a la vista su bóxer apretados por el falo erecto de Jin, haciéndose notar en anticipación incluso a través de la tela. Jin en esta oportunidad tenía los ojos abiertos, escaneando cada movimiento del azabache y sintiéndose desesperar por la lentitud. Sus manos picaban por tocar, así que no se retuvo, suficiente había tenido durante años.

Sus manos callosas recorrieron ambos brazos de Taehyung, notando los cerros y las depresiones de su anatomía, permitiéndose llegar a sus hombros, acariciar su cuello y llegar a su cabello y luego bajar por su espalda dejando una estela de piel erizada allí por donde sus dígitos tenían contacto. Taehyung besó el falo de Jin por sobre la ropa, y Seokjin gimió.

Eso fue suficiente para el mayor para dejar a la vista el miembro de Jin.

Taehyung se mordió el labio inferior, abriendo ligeramente sus ojos y luego dirigiéndolos hacia el muchacho. Se le hizo agua la boca. —No lo recordaba... tan grande. —susurró. Estaba en su totalidad, el líquido preseminal saliendo de su glande y bajando por su cabeza, y Taehyung se vio en la imperiosa necesidad de lamerlo. Así que lo hizo.

Sintió el salado sabor de Jin, y el muchacho se retorció bajo su toque, al punto que Taehyung tuvo que sostener sus caderas con sus fuertes manos, presionando hacia abajo en la cama con fuerza, porque ya no tenía ni la delicadeza ni la intención de ser suave con Jin. Lo necesitaba tan desesperadamente como respirar.

—Quieto, principito.

—Hyung... —gimió Seokjin y su necesidad atravesó a Taehyung de principio a fin. Se engulló instantáneamente el pene de Jin, primero hasta la mitad, tanteando de a poco su propia resistencia, su propia habilidad, recordando que habían pasado casi dos años desde que no tenía intimidad con nadie, y la vez que se había permitido estar con Bogum había sido tan desastrosa que dudaba haberle dado demasiado tiempo a los juegos previos como para hacerle una mamada.

La última fue a Seokjin, años atrás.

Con esos pensamientos, Taehyung gimió con su boca ocupada dándole placer al menor, su cavidad cálida recibiendo la intromisión grande de Jin y su lengua tocando cada extremo que podía. Cuando su mandíbula se adecuó a la posición, succionó su glande y un sonoro ruido obsceno se escuchó en la habitación.

Glimpse of us [Jintae/Taejin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora