𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬｜ 𝐄𝐝𝐝𝐢𝐞 𝐌𝐮𝐧𝐬𝐨𝐧 ／𝐉𝐨𝐬𝐞𝐩𝐡 𝐐𝐮𝐢𝐧𝐧 🔞

𝒅𝒆𝒔𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒕𝒆 +𝟏𝟖

Resumen: Masturbas a Eddie hasta que se corre en sus pantalones.

Advertencias: smut

Autora: strangernightmare

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" Mierda" Eddie gime en tu boca. "Te he estado deseando... todo... el puto... día" susurra entre besos.

Sonríes en el beso mientras los dos se dirigen hacia el dormitorio de Eddie, tratando desesperadamente de mantener los labios juntos mientras tropiezan en el camino.

Los dos sueltan una leve risa cuando atraviesan la puerta, y Eddie la cierra rápidamente tras de sí. Te lanza sobre el colchón y salta encima de ti, sin perder tiempo en presionar sus labios contra los tuyos. Sus caderas se introducen entre las tuyas y empieza a moverse como si te estuviera penetrando. Puedes notar su dureza incluso a través de los pantalones. Gime y gruñe en el beso, sus labios se mueven con el mismo ardor que sus caderas. Realmente había estado desesperado por ti todo el día, eso era evidente.

Eddie desliza sus manos por tus costados, metiéndolas bajo tu falda. Pero antes de que tenga la oportunidad de hacer algo más, das la vuelta, empujando a Eddie sobre su espalda. Te mira con una mezcla de asombro y confusión cuando te sientas y tus caderas se posan sobre las suyas. Se mueve para sentarse él mismo, para volver a acercar su cara a la tuya, pero tú simplemente lo empujas de nuevo hacia abajo con un ligero toque.

Te sonríe, pensando en que ya sabe a dónde va esto.

"Oh, quieres montarme, ¿verdad?" Te lo pregunta con aire burlón. "Bueno, adelante, nena", murmura.

Eddie se apoya en el colchón, relajándose al pensar que ibas a ocuparte de él. Empieza a desabrocharse la hebilla del cinturón, pero duda un momento al ver tu cara. Inclinas la cabeza hacia él, con una sonrisa maliciosa pintando tu cara.

"No del todo", te burlas mientras le agarras las manos, deteniendo sus movimientos.

Te mira con confusión cuando apartas sus manos y las colocas sobre tus muslos, que descansan a ambos lados de sus caderas.

Mantienes tus ojos en los suyos y empiezas a mover lentamente tus caderas hacia adelante y hacia atrás, empujando hacia abajo mientras lo haces, rozando con fuerza la tela de los pantalones de Eddie.

"Oh, mierda", sisea, sus manos apretando tus muslos. "¿Qué estás haciendo?" Te pregunta, con la voz tensa.

No le respondes, salvo una pequeña risita, y sigues follandolo él, con tu cuerpo meciéndose contra el suyo. Apoyas una mano en su estómago, usándola para mantener el equilibrio y el impulso mientras aumentas la velocidad.

"Mierda, mierda", gime Eddie, moviendo una de sus manos para pasársela por el pelo.

Te deleitas con el temblor que puedes ver en sus dedos, puedes sentirlo temblar ligeramente debajo de ti. Eso te excita aún más, estimulando tus movimientos. Sabías que había estado excitado por ti todo el día, te lo había dicho. Y sabías que por eso no iba a durar mucho. Pero te estabas divirtiendo demasiado como para preocuparte. Verlo así, convertido en un completo charco bajo tus caricias, era casi tan bueno, que dejar que te ayudara a excitarte a ti también.

"Joder, nena, para", suplica, y sus manos suben por tus muslos para agarrarte desesperadamente por las caderas.

"Uh uh", dices, agarrando sus manos de nuevo y sacándolas de ti. "No toques, Munson. Mantén las manos donde las dejé", le ordenas con voz ronca, devolviéndole el agarre justo por encima de las rodillas.

"Cariño, por favor", gime, con los ojos cerrados y la cara contorsionada.

Si no lo conocieras, pensarías que está sufriendo.

"Para, para. Por favor, para", jadea. "Si no paras, me voy a correr en los putos pantalones", pide entre sus gemidos piadosos.

Tú tarareas con satisfacción: "Puede que eso sea exactamente lo que quiero, nene".

"Oh, joder", prácticamente grita, echando la cabeza hacia atrás una vez más.

Vuelves a reírte y aumentas aún más la velocidad, follando con todo lo que tienes. Incluso te permites gemir, saboreando la sensación de su dura polla vestida moliendo contra tu coño. Tus dedos se clavan en su vientre, donde tu mano estaba extendida, apoyándote mientras sigues empujando contra él. Una de sus manos se mueve para sujetar esa mano tuya, sus dedos todavía temblando mientras se aferra a ti.

"En serio, no... no voy a durar", dice sin aliento.

En ese momento te inclinas hacia delante, manteniendo tu movimiento mientras acercas peligrosamente tu cara a la suya.

"Bien", susurras contra sus labios antes de volver a sentarte rápidamente y moverte más fuerte contra él.

"Mierda, mierda, mierda", murmura incoherentemente. "Oh, joder, joder... joder... oh..." su voz sube de tono y sus dedos se clavan en ti con más fuerza.

Con un último gruñido fuerte y un gemido patético, sientes que su cuerpo se pone rígido debajo de ti cuando alcanza el clímax. Una serie de obscenidades incoherentes y apenas audibles salen de su boca mientras el placer recorre su cuerpo. Gimes de satisfacción cuando sientes el calor bajo tu coño, la humedad de su semen cuando se filtra por sus pantalones. Su pecho sube y baja con fuerza y sus dedos aprietan los tuyos con tanta fuerza que duele. Prácticamente se estremece cuando sigues follando por encima de él, exprimiendo su orgasmo, reduciendo la velocidad lo suficiente como para mantenerlo en el lugar del placer sin sobre estimularlo demasiado.

"¡Joder!" Eddie maldice en voz alta una vez que empieza a bajar.

Se sienta sobre los codos y te mira con los ojos muy abiertos, con la cara sonrojada y sudada. Te ríes para tus adentros, tan increíblemente satisfecha de haber conseguido que este chico se corriera en sus pantalones sólo con rozarlo. Por no hablar de lo mojada que te había puesto, tu coño estaba dolorido y desesperado por tu propia liberación. Se veía tan jodidamente bien así, pegado a tus manos, respirando entrecortadamente, con el pelo revuelto, la cara húmeda y los dedos todavía temblando. Todo esto, con un aspecto tan increíblemente jodido, y ni siquiera te lo habías follado por completo.

Tus pensamientos se interrumpen y chillas de sorpresa cuando Eddie te da la vuelta de repente, clavando tu cuerpo en el colchón. Apenas tienes tiempo de reconocer el cambio de posición cuando sientes su mano sumergirse directamente entre tus piernas. Introduce sus dedos a través de tus bragas, la fina tela roza tu clítoris mientras empieza a frotarlo rápidamente en pequeños círculos. Tus caderas se agitan involuntariamente ante su contacto, deseando la misma liberación que acabas de proporcionarle a él.

"Eddie qué...", gimes, pero él te interrumpe con una sonrisa siniestra.

"Shhh, simplemente estoy devolviendo el favor. Ahora es tu turno de correrte sobre tu falda".

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