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Detesto las fiestas, pero como siempre mi queridísimo amigo Steve logró convencerme de asistir. Aunque no es tan malo después de todo, ya que Eddie nos acompañaría.
Ha sido un poco difícil hacer que tanto él como Steve se soporten. La actitud de Eddie para Steve era irritante y para Eddie la de Steve era ridícula y detestable.
¿Por qué se odian tanto? No lo sé, aunque es divertido ver cuando el contrario no opina lo mismo y comienzan a discutir. Dustin y yo disfrutamos todas esas discusiones. La cara de Steve cansado y harto y la cara de Eddie de satisfacción al ver como comienza a irritar a Steve.
Se que, en el fondo, muy en el fondo, se agradan.
Íbamos Steve y yo juntos en su auto, quedamos que pasaríamos por Eddie a su remolque, situación que a Steve no le había agradado en absoluto pero que tuvo que soportar por mis insistentes plegarias y aparte porque él nunca me dice que no. Eddie tampoco estaba muy feliz que digamos, él decía que podía llegar al lugar donde se encontraría la fiesta, que para eso tiene su furgoneta, pero yo me negué.
- Recuérdame en qué momento acepte venir por tu noviecito - se quejó, volteando a verme.
- Una, me obligaste a asistir a una fiesta a la cuál no quería asistir. Dos, no me puedes decir que no. Tres, me debes un favor y ahora esta es la situación perfecta para cobrar dicho favor - contesté.
- ¿De qué demonios hablas? ¿Cuál favor? - mencionó ahora con una mirada de confusión y enojo.
- No tengo porque recordarte algo que se supone debes de recordar - ahora que lo pienso, ¿Qué favor me debía?
- Lo sabía, mientes. Eres una mentirosa. No te debo nada, solo lo dijiste para justificarte. - exclamo negando con la cabeza.
- No estoy mintiendo, Steve -
Eso fue lo último que pude decir porque aparco frente al remolque de Eddie, quién ya estaba esperando sentado en las escaleras, su rostro estaba adornado por un puchero de enojo al momento que vio llegar el auto de Steve.
- Pero aquí está mi precioso Eds - me baje del auto para acercarme a él y poder saludarlo con un beso.
- ¿Pueden dejar de ser tan asquerosos y subir? Vamos tarde - Steve gritó desde el auto provocando que Eddie rodara los ojos.
- ¿Cuándo dejara de ser un idiota? - Eddie dice cerca de mi oído para que Steve no lo escuchara.
- Ignóralo, ven subamos - lo guíe hasta el auto y subió de mala gana.
- ¿Qué hay Steve? - saludo y Steve solo levanto las cejas como una forma de saludo.
Todo el camino a la fiesta fue incómodo, todo era silencio. Y al llegar Eddie no dudo en bajarse rápidamente y casi correr lejos de Steve, pero para su mala suerte veníamos juntos.
