Uno tierno de Joseph para dejar en el olvido al Eddie infiel. Aunque tengo otro triste que publicaré luego.
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Sentiste como unos labios comenzaban a darte besos desde tus dedos hasta tu clavícula, siguiendo el camino de tu brazo, te removiste aun dormida por la sensación que provocaba en tu piel. No abriste los ojos para nada, el peso de un cuerpo acostándose a tu lado hundió el colchón, te jalo hasta él para abrazarte y dejar un beso en tu entrecejo. Sonreíste aun con los ojos cerrados.
"Abre los ojos, quiero verte", su voz era tranquila y ronca. Negaste mientras acomodabas tu cuerpo abrazando su pecho y enredando tu pierna en las suyas, escuchaste que soltó una risa, te encantaba escucharlo reír.
"¡AMOR!", se quejo. "¡DESPIERTA!", grito con su típico acento británico. Daba ligeros piquetes en tu mejilla con sus dedos. "¡VAMOS!", volvió a gritar pero esta vez pusiste tu mano en su boca tapándola, volvió a reír pero de pronto sentiste como sacaba la lengua y te lamia la palma de tu mano.
"Agg Joe", te quejaste mientras te apoyabas en con tu codo alejándote de él y lo miraste asqueada y molesta. "Detesto que hagas eso", pero tu enojo se disminuyo cuando hizo cara de cachorrito regañado y no pudiste evitar no sonreírle.
Movió tu cuerpo tan rápido que esta vez el estaba arriba de ti, mirándote fijamente. "Buenos días amor", la mirada que tenía cada vez que te veía era de un hombre totalmente enamorado, sus ojos brillaban y la sonrisa que tenía era totalmente encantadora. Acariciaste su mejilla con tu pulgar. "Hola amor", recargo su barbilla entre tus pechos.
Te seguía mirando fijamente, "Eres tan hermosa"
"¿Si?", alzaste ambas cejas, viéndolo.
"Nunca te mentiría", dio un beso en tu piel mientras subía más hasta quedar frente a tu rostro, mordiendo ligeramente la punta de tu nariz.
"¡Joe!", soltó una carcajada mientras se levantaba de la cama y corría hasta el baño.
Cada mañana era lo mismo con él, te despertaba y te hacía travesuras. Te agradaban si, pero había veces en las que era demasiado y te hacía enojar un poco.
Saliste de la cama caminando hasta el baño, viendolo parado con una sonrisa enorme con el cepillo de dientes en su mano. Lo dejaste ahí parado y fuiste hacia la cocina viendo que Joe ya había preparado el desayuno. Tomaste un pedazo de fruta que había en un plato, pero Joe gritó provocando que fueras hasta el baño de regreso para ver que le había pasado.
"¿Qué pasa?", preguntaste agitada.
"Nada, solo que la pasta me pico un poco"
Lo viste sin poder creer lo que te decía, "¡Eres increíble Joseph Quinn!", volvíste a la cocina para acomodar los platos.
"¡Pero aún así me amas¡"
"¡No!", le contestaste sonriente, y no tardaste en escuchar los pasos de Joe corriendo hacia ti.
"¿No me amas?", fingió un tono de voz chillón.
"No, no te amo", comenzó a bajar poco a poco hasta quedar de rodillas viéndote, tomo un cuchillo imaginario y hizo un movimiento como si se lo clavará en el corazón, "Esto dolió menos que escucharte decir que no me amas", terminó por tirarse al piso, y soltaste una carcajada mientras el tomaba tus pies en sus manos evitando que caminaras, se levanto quedando de pie frente a ti. "No se que haría sin tí", te beso en los labios y llevaste tus manos a su cintura abrazándolo.
"Te amo Joseph Quinn"
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