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𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: Te haces tus primeros piercings y estás ansiosa por ver la reacción de tu novio.
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Es la primera vez que estás en un lugar así, sientes que tus manos tiemblan y tu corazón se acelera por la ansiedad. Desde la habitación de al lado, podías escuchar el sonido de la máquina de tatuar y Burn in Hell de Twisted Sister sonando a buen volumen.
No creías tener el valor de hacerlo. Pero ahí estás, sentada en la sala de espera para hacerte tu primer piercing.
Estás ansiosa, acabas de cumplir 18 años hace unos días, lo que significa que puedes hacerte un tatuaje o un piercing sin tener que pedir permiso a tus padres. Algo que ellos nunca permitirían, porque son muy religiosos, de hecho, ni siquiera sabían que estabas aquí, creen que estabas estudiando en la biblioteca y no esperando para hacerte tu primer piercing.
Pero aquello que los ojos no ven, el corazón no lo siente.
Y en este momento lo único que querías sentir es el dolor de tu primer piercing, que por suerte no tardó mucho en llegar.
Entraste en la habitación cuando la mujer que te iba a hacer el piercing te llamó. Se ve genial, un poco más alta que tú y toda tatuada y con varios piercings.
"Así que cariño, ¿ya sabes dónde va a ser?" Preguntó la mujer con una sonrisa amable.
"En mis pezones"
El dolor fue casi ausente durante y después de hacerte los piercings, esto fue un alivio para ti. Incluso la mujer dijo que eras muy fuerte para ser tu primer piercing en los pezones.
La verdad es que el pezón nunca fue tu primera opción para hacerte un piercing, pero era el único lugar que estabas segura de que tus padres no verían, que casi nadie vería... casi.
Sólo hay una persona además de ti que verá tus nuevos piercings y esta persona es Eddie Munson, tu novio.
Y te habías olvidado totalmente de decírselo, pero sería divertido ver su reacción.
Llegaste a la casa/remolque de tu novio alrededor de las 04:00 pm del sábado. Eddie estaba en su lugar habitual, sentado en las escaleras del remolque con un porro ya medio fumado.
"¡Cariño!" Se levantó y fue hacia ti, abrazándote fuerte. "Te he echado de menos".
"Nos vimos ayer, en la escuela".
"Lo sé, pero en la escuela no puedo pasar mucho tiempo a solas con mi chica".
"Vale, es un buen punto, amor". Sonreíste mientras tus brazos se enredaban en la nuca de Eddie, te pusiste de puntillas y lo atrajiste en un beso prolongado.
