ー 𝑱𝒐𝒔𝒆𝒑𝒉 𝑸𝒖𝒊𝒏𝒏

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𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: Ninguna

𝐀𝐮𝐭𝐨𝐫: Yo

Joseph estaba intentando conciliar el sueño pero le era algo imposible

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Joseph estaba intentando conciliar el sueño pero le era algo imposible.

Estaba pasando por un momento de estrés y este le provocaba insomnios, detestaba eso y necesitaba descansar. Al día siguiente, o mejor dicho en unas horas tenía que tomar el tren y si ya tenía estrés el no poder dormir le sumaba más y agregando la ansiedad y desesperación.

Bajo por una taza de café, talvez eso pudiera ayudarlo, pero no, solo se quedo viendo el techo de su habitación sintiendo la soledad y la oscuridad y de la nada, el sonido de su alarma marcando las 4:00 de la mañana sonó provocando un salto de susto.

De mala gana, cansado y frustrado entro a la ducha. Las gotas de agua caliente llenaron todo su cuerpo intentando relajar todos los músculos tensos. Su parte favorita del día era ese, poder darse un relajante baño para iniciar un buen día, pero tal vez este no sería así.

Al terminar de hacer su rutina matutina, tomo las llaves de su departamento para salir a tomar el autobús directo a la estación del tren. Revisó y verifico llevar todo lo que necesitaba en su maletín y espero el autobús.

El canto de los pájaros lo distraía un poco pero pareciera que su cuerpo por fin quería descansar y comenzo a cabecear pero el sonido del autobús hizo que se levantará de un brincó y automáticamente como si de una máquina de tratara subió a este.

Un lugar cerca de la ventanilla estaba disponible, su favorito. Podía disfrutar del viaje, no todo era tan malo.

El cielo estaba gris, nublado, triste, así como el se sentía, pero un pequeñito rayo de sol se asomaba de entre las nubes que no dejaban que este diera un poco de calor a la mañana.

Llegó a su destino apresurado, tenía tan solo 20 minutos antes de que el tren saliera, así que se apresuro y bajo del autobús.

Suspiro al estar dentro y poder esperar a tiempo, saco un libro de su maletín y comenzó a leer un poco pero el sueño estaba nuevamente llegando a su cuerpo. Sus ojos comenzaron a cerrarse y bostezar así que decidió ponerse de pie y caminar un poco pero una sensación de escalofríos recorrió su cuerpo.

Había pasado de largo a una chica que estaba sentada con sus audífonos puestos manteniéndola alejada de todo, sus mejillas rojas por el frío, sus manos dentro de sus bolsillos y esperando de igual manera el tren.

Joseph reaccionó al ser conciente que estaba viendola como un acosador así que decidío sentarse a su lado y su aroma inundó sus fosas nasales, un olor florar que provocó una ligera sonrisa en sus labios.

Sacudió su cabeza arrugando su ceño, ¿Qué carajo? Pensó, como alguien que no conocía lo estaba haciendo actuar de esa manera.

Intento ignorarla pero algo dentro de él quería hablarle, preguntarle su nombre o algo parecido.

Pero no pudo, el sonido del tren acercándose lo trajo a la realidad. Como todos los días subió sentándose en su lugar favorito y realizó su día como siempre.

Durante toda una semana inconscientemente buscaba a esa chica en la misma banca que la había visto pero no, no la volvió a ver así que decidió ignorar ese sentimiento y siguió normal sus días.

Una mañana cálida, un día tranquilo ella estaba ahí, en el mismo lugar con sus audífonos y Joseph viéndola de lejos con una ligera sonrisa. Caminó lentamente sentándose a su lado. Sus manos temblaban y sentía que estas estaban sudando.

Volteó ligeramente a verla y justo en ese momento ella también lo hizo dándole una sonrisa y para Joseph eso fue una señal para hablarle, y lo hizo.

Y desde esa mañana todos los días ella estaba ahí esperando sonriente la llegada de Joseph, quien con su cara de cansancio siempre llegaba a sentarse a su lado y comenzaban a hablar sobre sus vidas.

No se dieron cuenta que no solo fueron días si no meses los cuales pasaron hablando y Joseph en cada día que pasaba se veía más felíz y alegre.

Se fue dando cuenta que no todos los días podían ser grises y tristes. Pasó de sentirse solo a sentir que alguien podia entenderlo.

Ahora dormía profundamente con alguien siempre acariciando sus rizos, con alguien que siempre estaba con él disfrutando de un desayuno o de una copa de vino, disfrutando de las mañanas sentados esperando el tren, de alguien que compartía su gusto por la literatura o por la pintura.

No toda era gris, algunas veces o siempre podría ver la luz de sol asomándose entre todo aquello que lo quería mantener oculto.

No toda era gris, algunas veces o siempre podría ver la luz de sol asomándose entre todo aquello que lo quería mantener oculto

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𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬| 𝐄𝐝𝐝𝐢𝐞 𝐌𝐮𝐧𝐬𝐨𝐧 /𝐉𝐨𝐬𝐞𝐩𝐡 𝐐𝐮𝐢𝐧𝐧 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora