• Capítulo 22.

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Cuando JungKook despertó, lo único que pudo pensar fue en lo agotado que se sentía. Como si en vez de dormir toda la noche hubiera dormido sólo cinco minutos antes de ser bruscamente sacado del pesado sueño.
Los recuerdos del día anterior no tardaron en abrumarlo, ahogando todos sus pensamientos y comiéndole la cabeza; podía sentir el dolor insistente en la parte delantera de su cabeza, una migraña insufrible que sólo le recordaba que lo que había pasado aún no acababa, tenía cientos de discusiones por venir.

Y no estaba listo.

A pesar de estar despierto aún se sentía terriblemente cansado, pero por más que intentó, no pudo volver a quedarse dormido así que simplemente, juntando la mayor cantidad de fuerza de voluntad que pudo encontrar en sí mismo, se sentó en la orilla de la cama, con los pies sobre el suelo helado intentando recordarse que estaba vivo y que tenía una rutina que seguir. 

La cuestión era que no tenía remota idea de cómo seguir. El caos sería inevitable. Temía que el daño fuera irreversible, sólo Dios sabía si esto sería bueno o malo. Sí sería un obstáculo o sólo una mínima inclinación en su ya bastante rocoso camino.

Había todo un lío de emociones contradictorias dentro de su cabeza. Entendía que sus amigos se sintieran traicionados pero él tampoco podía evitar sentirse traicionado. Y terriblemente asustado; y para empeorarlo, todos en casa estaban probablemente decepcionados de él, especialmente NamJoon. Y JungKook no tenía idea de cómo tratar con eso. Nunca había sido su  intención decepcionar a Nam. Todo lo contrario.

Saber que lo había decepcionado era un peso que JungKook no sabía cómo cargar, un peso que parecía ahogarlo, tirando de él hacia abajo en un enorme y profundo océano de incertidumbre.

Empezaba a arrepentirse seriamente de su decisión de mantener el secreto. 

En muchas ocasiones se había arrepentido de ello. Mas nunca antes había sido un sentimiento tan asfixiante. Se preguntaba si NamJoon se arrepentía de ser su novio. Jungkook estaba seguro de que había traído más problemas que alegrías a la vida de NamJoon en estos últimos dos años. Y ese era otro peso que no podía sacarse de encima.
Un peso que no había podido sacarse de encima ni siquiera en sus mejores momentos.

—¿JungKook?

La voz adormecida de NamJoon lo trajo de vuelta al mundo real. Pero no se atrevió a enfrentar su mirada. Siguió con los ojos clavados en el suelo. Ya casi podía sentir las lágrimas queriendo tomar posesión de él. 

Cuando NamJoon suspiró pesadamente, JungKook supo que no le gustaría esta conversación. 

—¿Por qué lo hiciste? —murmuró NamJoon, serio, apagado. No estaba feliz.

—¿Preferirías que hubiera mentido? —susurró él en cambio, su voz se sentía rota y su garganta seca, casi le dolía hablar.

—No, pero podrías haber esperado a hablarlo conmigo. O darme una advertencia. Algo.

Finalmente miró a NamJoon ya sin poder detener sus lágrimas. —¿Y qué se suponía que hiciera? ¿Negar todo y llegar a casa y decir: "oigan chicos, en realidad si estamos saliendo, hace dos años, de hecho"?

—¡Hubiera sido un poco más lógico! —exclamó NamJoon. Y JungKook se quedó sin palabras. Más lágrimas cayeron de su rostro viendo la decepción tatuada en la cara de NamJoon, y la decepción en su propio pecho por la reacción del mayor. 

Kiss Me Like That. [ym]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora