• Capítulo 7.

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JiMin sabía que debía estar confundido y temblando de pies a cabeza porque lo que él y YoonGi habían estado haciendo no era correcto en muchas formas. Sin embargo, no podía obligarse a que le importe. No lo suficiente al menos.

Y YoonGi tampoco parecía importarle lo suficiente, al parecer. En los últimos días, YoonGi había estado buscando a JiMin para tenerlo un rato entre medio de los ensayos, o cuando volvían a casa por la noche. El mayor los encerraba juntos donde nadie pudiera molestarlos, y se dedicaba por horas a devorar y acariciar a JiMin, a hacerlo gemir y suplicar por más besos, y a su vez dejándolo duro y necesitado a niveles que nunca antes había alcanzado. Pero JiMin ni siquiera se había tocado así mismo desde que YoonGi había adquirido esta... fascinación por comerle la boca a JiMin —si es que podía llamarse así. —

Ahora, en vez de quedarse hasta la madrugada bebiendo y conversando, su rutina se había convertido en conseguir tiempo libre para estar sobre el otro.

De más está aclarar que se habían escapado a casa por lo menos tres veces en la última semana y qué él incluso se quedó dormido junto a YoonGi en una ocasión porque después de todo un día de ensayos, y casi tres horas de besos, él no había resistido lo suficiente como para irse a su propia cama.

Ahora mismo, YoonGi parecía estar recuperando el tiempo perdido ya que, la noche anterior, YoonGi volvió más tarde que el resto a casa y JiMin había estado tan cansado, que decidió recostarse a esperar a YoonGi. Sin embargo, el sueño definitivamente le ganó, y..., bueno, por obvios motivos no se habían estado besuqueando hasta la madrugada como en los últimos días.

—Hoy volveré tarde también —dijo YoonGi rompiendo el beso húmedo que llevaban. JiMin suspiró echando la cabeza hacia atrás un momento, en un intento de recuperar el aire, lo que sólo terminó provocándole un escalofrío cuando la nariz de YoonGi se paseó por su cuello.

Estaban encerrados en el estudio de YoonGi. A JiMin nunca antes se le había pasado por la cabeza, ni siquiera en broma, imaginarse a horcajadas en el regazo de YoonGi exigiendo más besos. Pero ahí estaba él. Con los brazos alrededor del cuello del mayor, piernas colgando a cada lado de la silla, el cuerpo deliciosamente presionado contra el YoonGi, y sorprendido de lo sumiso que se había vuelto últimamente.

—Oh —fue la pequeña queja pudo emitir al respecto, sin poder mirarlo a los ojos. ¿Estaba loco por desear que YoonGi volviera con él a casa así tendrían más tiempo para besarse y acariciarse? —Ayer... quise esperarte pero, uhm, me dormí —confesó un poco avergonzado. YoonGi sonrió un poco de lado antes de besarlo otra vez.

—Lo sé. Está bien, necesitas descansar —murmuró un momento más tarde.

JiMin lo miró a los ojos preguntándose qué tan jodido era que esas palabras le acariciaran tan deliciosamente. Probablemente mucho más de lo que quería pensar y admitir.

YoonGi siempre había sido cuidadoso con todos. Él tenía muy malos hábitos para sí mismo pero siempre se había asegurado de que el resto estuviera saludable y nunca hicieran nada que pudiera enfermarlos. Lo era, particularmente con JiMin, y él lo sabía. Sabía muy bien que YoonGi tenía una debilidad por él.

Y siempre había sido débil al saber que era la debilidad de YoonGi.

—¿Volverás muy tarde? —preguntó con la voz ronca. Últimamente también era muy común en él debido a las horas y horas que pasaba sin darle uso.

—No lo creo. —Al no recibir respuesta, YoonGi apretó los brazos alrededor del cuerpo de JiMin. —Espérame en mi habitación, si quieres...

JiMin estaba en blanco ante la invitación. Era una tontería después de todo lo que llevaban haciendo, pero había algo sobre esperar a YoonGi en su habitación, así ellos podían apretarse juntos y besarse el resto de la noche, que hacía cosas en su cuerpo.

Kiss Me Like That. [ym]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora