Maquillaje

No soportaría la idea de volver a perderte.

-Por primera vez desde que llegué a esta casa me siento feliz, pensé que esa emoción estaba peleada conmigo. 7 meses me abandonó y por fin regresa, y justamente regresa el día en el que me voy.Tal vez esta casa tiene una clase de hechizo que no permite que las personas habitantes de ella puedan ser felices, tal vez por eso mi madre siempre tiene un semblante frío y si sonríe no lo hace genuinamente, tiene un sonrisa forzada que en el fondo se puede notar la tristeza, sí, ella me abandonó cuando era pequeña, ni siquiera recuerdo haber compartido con ella en ningún momento de mi vida, hace casi un mes cuando le dije que mi padrastro abusaba de mi, prefirió creerle a él, pero a pesar de todo eso, es mi madre y la amo... - una sonrisa triste invade el tierno rostro de Mai.

- Señorita Mai ya llegó el chofer, tenemos que irnos - anuncia Paola desde el otro lado de la puerta.

Mai se levanta después de una larga plática con su reflejo en el espejo y procede a recojer algunas de sus maletas que se encontraban tumbadas en su cama.

En un rato vuelvo por el resto -piensa.

Se apresura a bajar por las escaleras encontrándose al pie de ellas a una madre con una mueca de tristeza.

– Un suspiro lleno de tantas emociones mezcladas escapa de los labios de la señora D'Ivoire  — ¿Quien lo diría? Después de esperar tantos años a que te pudiera tener de nuevo conmigo de la nada te vas, creo que este es mi castigo por no saberte cuidar, hija mía, espero y algún día entiendas que todo lo que he hecho hasta ahora a sido por tu bien – la tristeza es obvia en su tono de voz y Mai no puede evitar ponerse sentimental por la situación.

— Tranquila madre, seguiremos en contacto y como te dije, de vez en cuando te vendré a visitar – afirma con un tono de voz tranquilo y una pequeña sonrisa de boca cerrada aparece en su rostro.

— Eso espero hija, no soportaría la idea de volverte a perder.

Lágrimas invaden los ojos de Mai recorriendo un camino que ellas mismas trazaban por su delicada tez, ella lucha por no dejarlas salir pero se niegan dejando ver así que todas esas palabras que emanaban de la boca de la señora D'Ivoire tenían un efecto en su corazón.

— No me quiero poner cursi, pero, te quiero madre – deja salir de los más profundo de su corazón esas palabras que hasta hace poco no había sentido por su madre.

La señora D'Ivoire solo le da una sonrisa forzada mientras lágrimas rebeldes caen a los costados de su cara y lucha desenfrenadamente contra las ganas de ir a darle un abrazo a su hija.

— Yo también hija – masculla entre dientes intentando no ponerse tan emotiva, pero al levantar la mirada y ver a su hija llorar le da igual todo y sale corriendo a abrazarla, un abrazo sincero y lleno de mucho afecto, afecto que tenía años guardado sin salir a la luz solo esperando este momento.

Las dos lloran en ese abrazo pero son interrumpidas por el chofer quien llama la atención de ambas diciendo:

— Señorita ¿tiene alguna otra maleta para meter al auto?

— Si de hecho tengo una, mi maleta de maquillaje, que no puede faltar.

— Mai ¿te gusta el maquillaje?

— Si madre, de hecho me encanta – admite con una sonrisa en su cara.

— Que bien hija, si quieres te inscribo en una academia de modelaje, tu eres muy linda y...

— No madre, eso de modelar no va conmigo, yo soy más de hacer el maquillaje, es como pintar, también es un arte. De hecho... – es interrumpida por alguien que se aclara la garganta antes de empezar a hablar y capta la atención de ambas.