Coraline Carrier.
Okay, definitivamente no tengo la mejor suerte del mundo. Pero si muy buenos amigos.
Después de quebrarme el brazo ellos han hecho las tareas por mi - ya que el brazo que me quebré era con el que escribía - no poder mover un brazo es tan estresante, esta vez mi padre se dió cuenta un poco antes, por una parte estoy feliz y por otra triste.
Feliz porque eso significa que está pasando un poco más de tiempo con nosotras.
Y triste porque si hubiese sido el tobillo, capaz se hubiese dado cuenta igual de tarde que el anterior.
Pero yo no soy de esas personas que se hechan a llorar, prefiero dar lo que me queda y seguir adelante, aunque me esté muriendo por dentro no dejaré que las demás personas me vean derrotada.
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— Coraline – dice una voz siniestra a la cual le tengo tanto miedo.
No respondo, mi voz se ha ido a otro lado, puede que sea una tontería lo que ella me hacen, pero aún así no me agrada que me controlen como se les da la gana.
— Coraline, ven no te haremos nada malo – se escucha una risita después de decir esas palabras.
Uy si, como no. Esa es su estrategia para que yo diga algo, o salga a tratar de enfrentarlas.
Luego de la muerte de mi madre yo quedé totalmente destrozada, y ella aprovecharon ya que me veían muy triste y cabizbaja. Después de eso comenzó mi infierno.
Ellas me han hecho la vida imposible.
Antes eran solo palabras, y poco a poco se fueron convirtiendo en golpes y maltratos.
— ¡Te encontré! – la voz de Ana retumba en mi cabeza, me causa escalofríos, miedo.
Todas esas emociones mezcladas son una mala combinación. Y más en mi caso, me vuelvo un manojo de nervios y ya no puedo actuar, me paralizo de miedo.
— No por favor, no me hagan nada – digo asustada.
Odio mostrar mi vulnerabilidad pero ellas sacan ese lado sin mucho esfuerzo.
– Ellas ríen, y juro que por un momento las escuché como si fueran unas brujas — ¿Y quien te dijo que te vamos a ha era algo? – musita Valeria y con eso me dice que voy a tener que hacerlo yo.
Ríen nuevamente y esta vez tengo las fuerzas suficientes para tratar de defenderme de ellas y sacar mi lado más agrio y cortante.
— Bien, entonces me voy. Adiós grupito de brujas mal arregladas – digo tratando de hacer que mi voz salga lo más fuerte posible, y por alguna extraña razón lo logré.
Doy un paso al frente y ellas están completamente atónitas por lo que acabo de decir, y nos las juzgo, yo estoy igual.
— ¿Que dijiste muñeca barata? – dice Crista.
— Lo que escuchaste, así que hazte a un lado bruja, no quiero que me tires una de esas pociones mal hechas.
Tengo tres posibilidades.
1. Que todo salga bien, y que me dejen en paz.
2. Que todo salga muy mal.
3. Que salga bien, pero después lo lamente mucho.
— Tu no te vas a ningún lado, eres nuestra prisionera, Coraline – dice Ana – ¿O quieres que te cosa los ojos? – bromea pero a mi no me causa ni un poco de gracia.
— ¡Oh! que original, bromeado con mi nombre y la película de Coraline, por favor renueva tus bromas de mal gusto.
Eso parece molestarla y yo lo disfruto, aunque también me da miedo lo que pueda pasar.
— Eso si que no, yo tengo un excelente sentido del humor, que tu seas una amargada es otra cosa.
— Yo si soy una amargada y a mucha honra, por lo menos yo no trato de ser graciosa, aunque sé que no lo soy – me siento poderosa enfrentandome a esas brujas.
— Ya moriste – sentencia Ana y mi cuerpo empieza a temblar de miedo.
Ella se abalanza a mi y empieza a golpearme sin compasión.
Siento cada golpe, su mano empuñada contra mi piel.
Esto va a dejar hematomas.
Dudas invadieron mi mente.
¿Por qué hacían esto?.
Y ¿Por qué a mi?.
¿Que mal le he hecho yo a ellas?.
Mis ojos ardían, tanto o más que los golpes en mi piel, Ana seguia sobre mi, sus manos empuñadas golpeaban mi piel constantemente, al principio era con mucha fuerza, pero lo luego fue cediendo, su rabia iba desaparecido con cada golpe, pero ya había dado muchos.
Si antes solo se notaban mis moretones si no usaba chaqueta o algo con mangas largas, ahora tendré que envolverme en un montón de tela. Me ha golpeado en todas partes, nunca antes alguna de ellas había hecho eso, si, en un momento llegaron a darme cachetadas y uno que otro golpe, pero jamás habían tenido un arranque de rabia. No debí haber provocado a Ana.
Le dije muchas cosas que pensaba, y en ese momento me sentí como una súper heroína, pero ahora mismo estoy asustada, tirada en el suelo llorando, mientras ella golpea con fuerza mi piel, y yo no sé que hacer, el peso de ella sobre mi, más la fuerza de los golpes me han dificultado la respiración, en estos momentos mi respiración está agitada.
Me siento casi morir.
Casi desmayar.
Mis ojos se encuentran pesados, quiero cerrarlos, pero no debo, sé que no debo de cerrar los ojos.
Las chicas que anteriormente estaban atónitas presenciando lo que estaba sucediendo, por fin volvieron a la realidad, intentaban separar a Ana de mi.
— Déjala, está muy mal herida – dice una de las chicas.
Siento algo cálido brotar de algún lado de mi cara. Probablemente esté teniendo una hemorragia nasal, me ha golpeado mucho la cara.
— ¡Es una estúpida zorra! – replica Ana levantándose de encima de mi.
Doy gracias al cielo por que se haya levantado, ya no podía soportar la respiración tan pesada que tenía.
— Vaya que eres como un elefante, pensas mucho bruja mal arreglada – le digo con las pocas fuerzas que me quedan.
— Creo que no tuviste suficiente, ¿todavía te sientes en posición de enfrentarme? No tendría ningún problema con matarte aquí mismo, tu estúpida cara me provoca molestia — masculla con ira Ana.
— Estoy siendo sincera tabla de Banco – creo que en estos momentos no tengo miedo de morir y insulto lo plana que está.
— ¡De esta no te salvas gorda flácida! – me dice Ana y la veo abalanzarse a mi. Cierro mis ojos con fuerza.
Dios gracias por lo que viví.
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𝓝𝓸𝓽𝓪 𝓭𝓮 𝓪𝓾𝓽𝓸𝓻𝓪
Capítulo fuerte, la verdad me da mucho molestia con Ana y las demás chicas, por otro lado me da mucha tristeza con Coraline, porque sé que es sufrir de bullying y querer que se detengan, esos pequeños momentos en los que podemos decir algo y tenemos el valor como para enfrentarnos a los agresores, es como tener súper poderes, pero a veces no funciona o termina mal, como pasó en el caso de Coraline.
El bullying no es juego y puede terminar en suicidio u otras cosas, por eso no se debe hacer bullying a nadie, y si sufres de bullying habla con alguien sobre eso, que no te de pena, y si esa persona no te ayuda, prueba con alguien más, a alguien le importas, de eso no tengas dudas. Yo te quiero, tienes un espacio en mi corazón :3
Buenooo y como siempre... Les pido por favor que me sigan acompañando en esta historia que se va a poner interesante, un beso enorme.
CHAU✨
~𝓔𝓷𝓲𝓼𝓵𝓾𝓓
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Maquillaje
RandomMai era una chica que tenía una vida tranquila, querida por todo el mundo y mimada por su madre, pero lo que ella no sabía era que un día de compras como cualquier otro sería el día que cambiaría su vida drásticamente