Una decision importante

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Por primera vez esta chica sintió la traición

Le dolió.

Pero gracias a que no creció junto con esa señora fué como caer de una colina con una capa no tan gruesa de nieve.

Más le había dolido el hecho de ser abusada una y otra y otra vez por ese hombre, y nadie hacía nada por ayudarla.

Todo aquello la llevó a tomar una decisión desesperada, una decisión la cual cambiaría su vida, tal vez para mal o tal vez para bien.

Todo dependía de como se dieran las circunstancias... Esta chica parecía tonta, pero después de pasar meses pensando y calculando cada movimiento que ocurriría, estuvo saliendo un poco más de su cuarto, paseando por toda la casa, entre esos lugares el sótano, el cual más tarde le serviría.

Ella ya tenía cada paso y movimiento fríamente calculado, todo era cuestión de tiempo y de encontrar el momento perfecto, o quizás el momento en el cual ella ya se hartaría de la situación.

Pues ese momento llegó.

En esa cena ella planeó decirle todo a su madre, pero como no le creyó tocó recurrir al plan B o el plan "Ácido Rojo" como le llamó en su cabeza.

Luego de haber quedado como una completa mentirosa frente a su madre ella se levantó de la mesa, y fué a su cuarto a sentarse en una esquina a esperar a su cazador, o en este caso... Su presa

Una sonrisa torcida se escapó de la comisura de sus delgados labios.

Una mirada de malicia la cual antes solo desprendía ternura adornó su rostro.

Ella solo podía pensar en el dolor tanto físico como psicológico que le causaba ese hombre.

Aquel que al principio solo la veía con malicia y que un día empezó a causarle dolor en todos los sentidos, ella solo se sentó a esperar a que él llegara a reclamarle o a tratar de descargar su ira con ella, pero en este caso no funcionaría.

Ya que esta vez sería diferente.

Él la había roto y eso lo pagaría muy caro, se iba a arrepentir de lo que había hecho

Ya no era la misma chica tímida que había llegado a esa casa, él la había convertido en un monstruo de el cuál no tendría escapatoria.

El momento llegó.

Él abre la puerta de una forma que si no hubiese sido porque él la controló habría sido estrepitosa.

— ¿Donde estás pequeña gacela? Te dije que si abrías la boca iba a haber graves consecuencias... Pero no me quisiste hacer caso – él con voz sarcástica y fingiendo un falso pesar dice: – pequeña, dulce y tierna Mai, ¿por qué tienes la luz de tu recámara apagada? ¿Acaso te escondes? – murmura entre dientes haciendo una mueca de diversión – bueno, voy a encender la luz para ver donde te escondes – Mai solo puede observar desde la esquina de su cuarto y divertirse un poco con lo ingenuo que es ese hombre – Uno, dos, tres – enciende la luz y puede notar que Mai nunca estuvo escondida y que solo estaba sentada en un banquito en una esquina de su cuarto.

— Bienvenido... Querido padre – dice con una sonrisa siniestra en su rostro – te estaba esperando – admite con sinceridad sin dejar de sonreír macabramente – ¿a qué se debe tu visita? .

— Como que ¿a que se debe? – dice haciendo una imitación burlona – Ya deberías de saber a que vengo – agrega una sonrisa maliciosa – sabes que el día de hoy te has portado bastante mal, y te vengo a dar tu castigo – se acerca a Mai y dice– ¿Que tienes escondido ahí? Desde que encendí la luz no haz bajado tu brazo de la parte de atrás de tu espalda... O es que acaso me estas haciendo el trabajo más fácil y te estas desvistiendo antes de que yo lo haga, que considerada – hace burla de la actitud de Mai – Vamos, desvistete para mi, ahorrame el trabajo de quitarte tu vestido o ¿quieres que te lo quite yo? – aparece en su mirada un brillo lujurioso que solo le causaba repulsión a Mai.

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