No me hagas esto

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Heiner

El funeral de la señora D'Ivoire fue bastante emotivo.

Obviamente no podía faltar, Mai necesitaba apoyo más que nunca.

Ella se mantuvo llorando toda la noche,la mañana siguiente, y ¿qué puedo decir en el funeral y entierro?. Ella no paraba de llorar pidiéndole a su madre que no la abandonara de nuevo.

Con eso me ha quedado claro que su madre no estuvo presente en básicamente ningún momento de su niñez.

Solo quería abrazarla.

Asistieron varias personas. Pero sorpresivamente ninguno era conocido de Mai – a excepción de Coraline, Nicole y un chico que las acompañaba que decía llamarse Tony – de los demás, Mai no conocía a nadie.

Probablemente serán los lacayos y uno que otro socio de la señora D'Ivoire.

Si algo me quedaba claro era que pronto tratarían de comunicarse con Mai.

¿Cómo lo sabía?.

La mayoría la miraban mucho, y no de una manera en la cual sentirían lástima o tristeza por ella. Eran miradas muy sospechosas.

Era más que obvio que algo traían entre manos. La agencia para la cual trabajo no tardaría en enterarse, de eso estoy seguro.

Por esa razón ya he sacado todos los papeles necesarios para poder escapar con ella. Estoy completamente seguro de su inocencia, odiaría que se cometiera una injusticia y mucho más si se trata de la mujer que se roba todos mis suspiros.

Ella se encontraba disociada de la realidad, me preocupaba mucho su estado actual, estaba muy callada, y eso no era normal en ella.

Extendí mi mano para acariciar su cabeza, ella cerró los ojos lentamente y vi caer una lágrima de sus ojos.

Esto era jodidamente agobiante.

No poder hacer nada por la persona a la cual amas, es como un infierno. Agarré el volante de el auto  con fuerza y ella lo notó.

Me miró por un instante y retiró su vista para posarla nuevamente en la carretera.

— No quiero tu lástima – espetó de un momento a otro.

Yo la miré un poco descolocado, luego volví a mirar la carretera.

— No es lástima. Solo quiero cuidarte y no quiero que estés triste.

Ell me miró de nuevo, tal vez buscando algo en mi rostro. Suspiró pesadamente para luego hablarme.

— Está bien – si voz nuevamente sonó robótica, bastante apagada.

Tomé su mano con suavidad y la llevé a mis labios para besar su dorso mientras conducía con mi otra mano.

Llegamos al departamento y ella se fue a recostar.

Me senté sobre uno de los sofás que habían en la sala a revisar mi teléfono, era extraño no haber recibido alguna llamada de la agencia, pero rápidamente me di cuenta el porque nunca había escuchado alguna llamada, mi celular estaba en modo silencio.

No recuerdo el momento en que lo coloque. Tenía más de 30 llamadas perdidas de mi jefe, tal vez estaría en graves problemas cuando vuelva.

Nuevamente puse el modo general para escuchar las llamadas y fuí a la cocina para prepararme algo de comer.

No había comido ni descansado nada en toda la noche y parte del día.

De pronto salió Mai de la habitación, se le veía un poco más animada y eso me alegró.

— ¿Tienes hambre? – le pregunté.

Ella asintió, para luego hablarme.

— Sí, has unos sándwich. Veremos una película para animarnos ¿te parece? – propuso y yo terminé asintiendo.

Sería como una de nuestras citas en el departamento, tal y como lo era antes.

Todo se había convertido en un completo caos, ella lucía demasiado molesta conmigo últimamente. Y tenía razón, yo me desaparecía constantemente para hacer las misiones que me asignaban.

Solo espero que no arruinen de nuevo la cita que tenemos.

Cuando estaba terminando de preparar los sándwich y iba a sentarme en el sofá junto con ella suena el ringtone de mi teléfono.

Me apresuré a contestar.

— ¿Hola?.

— ¡Por fin te dignas a contestar! – reprendió mi jefe.

Mierda estoy en graves problemas.

— Disculpe jefe, he estado muy ocupado. La señora D'Ivoire falleció la noche de ayer – dije súper bajo para que Mai no escuchara ningúna palabra.

Salí apresuradamente a vestirme.

— En unos minutos le devuelvo la llamada jefe, me iré a vestir para ir a la agencia – dije y colgué.

Me vestí lo más rápido que pude como acostumbraba a hacerlo y le devolví la llamada a la señor Volker quién la atendió automáticamente.

Cerré la puerta del departamento al salir mientras escuchaba de fondo a mi jefe hablar con alguien, pero no entendí muy bien lo que decían.

— Como le iba diciendo: Eso lo sabemos agente Volkov, y tenemos nueva información – mierda ahora ¿qué dirá? – tenemos entendido que Lobo quiere contactarse con la señorita D'Ivoire para convencerla de seguir uno de los tratos más grandes que harían hasta ahora.

Yo iba bajando las escaleras para llegar hasta el estacionamiento.

— ¿Cuál es la nueva órden jefe? – pregunté completamente inocente al asunto.

Él hizo una pausa que se me antojó súper larga.

— Deberás matar a Mai.

Ok, eso me descolocó.

Debo matar a la dueña de mis pensamientos.

Eso es imposible.

— Debes hacerlo lo antes posible, porque tenemos muy claro que pronto tratará de comunicarse con ella.

— Pero ella no es así – me encontré diciendo.

Me he expuesto.

— Agente Volkov, es necesario para la misión, estamos hablando de una fuerte cantidad de dinero, nadie se resistiría a eso – lo que dijo me hizo entrecerrar lo ojos.

— ¿Ni usted?.

El hombre se quedó callado. Ahí tenía mi respuesta, esto es una puta mierda.

— Ese no es el caso agente, debe matar a Mai, sino morirán ambos.

— Usted me dijo que la enamorara, y lo hize.

— Pues ahora le digo que la mate – y con eso colgó

Y ahora ¿qué haré?.

Probablemente no nos dará tiempo de escapar del país.

Probablemente ya nos tendrán vigilados.

Probablemente... Mierda, son tantas probabilidades.

Me encontré en una encrucijada.

El metal de mi arma ardió al contacto con mi piel en la parte de atrás de mis pantalones.

Siempre tenía una cerca.

En todo momento me encontraba en peligro.

Y este momento era uno de ellos.

Me pasé una mano por la cara, estaba absolutamente frustrado y lo siguiente que escuché me hizo frustrarme más.

— ¡¿ Por qué montar todo este teatro!? ¡¿Qué finalidad tiene!? Nunca me quisiste... Y por lo que veo nunca lo harás – la voz denotó un pequeño rastro de tristeza – Dime si es que en algún momento te importe.

Mierda.

No me hagas esto.

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