Vaya suerte la mía

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Coraline Carrier.

— Nutella, tenemos que hablar.

Esa frase da tanto miedo y expectativa y más si viene de la boca de él.

Tony Grey.

Si, si, lo sé, suena como Christian Grey de 50 sombras de Grey. Y no, no lo he leído - aún -.

Ese no es el caso.

Tony me dijo que teníamos que hablar.

¿De que será?.

¿Acaso me va a rechazar?.

Pero si yo no le he dicho nada.

¿Me dirá que ya no debemos ser amigos?.

No, eso no puede ser. Él es muy dulce como para que por un beso me aparte de su lado.

¿Y si me pide ser su novia?.

¿Acepto o no?.

¡Ay! No se que hacer.

— ¿Coraline? – la suave voz de Tony me saca de mis pensamientos y me enfoco en él, Tony.

— Habla.

— ¿Por qué me has evitado?– pregunta Tony haciendome entrar en un maratón de flash backs.

*Flash back*

– Veo a Tony en el pasillo y entro en un salón qué está solo.

*Flash back*

– Tony está saliendo de la cafetería y yo me escondo detrás del basurero.

*Flash back*

— ¡Hey! – Tony me saluda y yo le digo a Mai qué corra por que en la cafetería colocaron brownies.

Me despido de Tony quien venía hacia mi para entablar una conversación y me dispongo a seguir a Mai.

— Sorry, nos vemos luego.

*Fin de los flash backs*

— No, para nada, yo no te he evitado – digo y procedo a mirar hacia otro lugar.

¡Rayos!.

Ya me descubrió.

— Dime la verdad Nutella.

— Ash ya te he dicho que no me gusta que me digas Nutella – le reprocho haciendo un berrinche.

— No seas berrinchuda Nutella – bufo y él se ríe – Bien, bien. Entonces ¿por qué me evitas?.

¿Enserio te lo preguntas Tony?.

No ves que me gustas idiota.

— Es que... – no digo nada más y él trata de seguir la frase.

— ¿Es por el beso? Mira, si es por eso te prometo que no lo volveré a hacer.

Me siento estúpidamente triste por lo que acaba de decir Tony y él parece notarlo.

— O si quieres, si lo hago – responde y una sonrisa pícara aparece en la comisura de sus labios.

Sonrió y él hace lo mismo.

¿Por qué tienes que ser tan estúpidamente lindo Tony Grey? ¿¡Por qué!?.

— Este... ¿Y ahora que? – pregunto mientras mi corazón parece tener una fiesta con música a todo volumen.

— Yo... Tengo una idea – él se acerca a mi hasta quedar en una distancia muy peligrosa para ambos.

— ¿Q-Que ha-haces? – tartamudeo un poco, mi garganta solo se esfuerza por tratar de emitir un sonido y eso es lo que sale.

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