Siempre pienso en ti Nutella.

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Coraline Carrier.

Primer día de clases y ya estoy cansada de esto, en mi defensa es el primer día de clases de el segundo lapso.

Bufo.

¿A quien engaño?.

Soy una floja, es ridículo seguir negandolo, estoy segura y mi madre no estaría orgullosa de mi.

Suspiro.

La extraño tanto, ella era el sol que alumbraba mis días oscuros, era la única que sabía cómo sobrellevar mi asqueroso carácter, mi madre... Era la única persona que no me juzgaba por ser como soy.

Aún recuerdo el día que le dije que era bisexual, entre lágrimas y pena le confesé mis sentimientos, le dije que me gustaba una niña, yo solo tenía miedo, tenía ganas de no sentir eso, pero ya era un hecho, no podía seguir engañandome diciendo que solo me gustaban los chicos, porque no era así, esta vez sentí esas maripositas en el estómago por una niña, sentía mis manos sudorosas por una niña, tenía pena de hablarle a una niña, entre otros síntomas de el enamoramiento, que al principio trate de ignorar, pero luego de un tiempo no pude, cada día que trataba de convencerme de que eso no pasaba me enamoraba más.

Esa situación me tenía harta, pero cuando se lo dije a mi madre... El miedo reinaba en mi, ví su expresión sorprendida, luego esperé el cambio de su expresión a uno enojado, pero, no pasó, es su lugar apareció una comprensiva ¿por qué? Ella no me juzgó, en lugar de eso me dió un abrazo y me dijo todo va a estar bien Line, mami te cuida y te comprende, todo lo que a tí te haga feliz a mi igual. Tristemente no todos tienen la suerte de tener una madre así, tan comprensiva, pero como dicen “ Lo bueno no es para siempre ” y tenían razón.

Mi madre era una persona buena, y al parecer la vida tiene una obsesión con hacer que las personas buenas no vivan mucho. Una horrible enfermedad se la llevó de mi lado, el cáncer me arrebató a mi madre, un horrible final para una persona tan linda. Ella era la luz en medio de mi oscuridad, una luz que se fué apagando poco a poco, la quimioterapia era nuestra esperanza, por un tiempo estubo funcionando, pero la enfermedad contraatacó y redujo su tiempo de vida, luego de eso fué cuestión de 3 meses para que mi madre muriera.

El día de su muerte me dijo que nunca negara lo que era, que no me mantuviera escondida, pues no estaba haciendo nada malo, al contrario el amar es algo bueno y no debería ser condenada o juzgada por ello, todas las personas tenemos derecho a amar a quien queramos y yo no era la excepción.

Horas después murió.

Dolió.

Dolió y no saben como, dolió demasiado cuando a las 4:32 am llamaron a casa para avisarnos que mi mamá había muerto, en ese momento una parte de mi se fué con ella. Ese sentimiento no se lo deseo a NADIE.

Es muy triste.

Es una sensación amarga en tu estómago.

Es un veneno recorriendo cada nervio, cada músculo, recorre las venas hasta llegar al corazón y allí se aloja hasta irte matando lentamente.

Si teniendola a ella algunos de mis días eran grises, ahora sin ella todos los días son grises.

Han pasado 4 años desde que ella se fué, y todavía duele.

Yo no asistí a el entierro, supongo que prefería tener otra imagen de ella, no tenía las fuerzas para estar parada ahí, viendo como el cuerpo sin vida de mi madre estaba en una caja de madera y la iban a meter en un hoyo y le iban a hechar tierra encima, no soportaría eso y lo sabía.

¿Me arrepiento?. No, para nada, yo sabía que no lo iba a soportar y no quiero que nadie muestre o sienta lastima por mi. Por eso cuando le conté a la chica nueva lo que me pasó con el profesor O'Donnell, hize una broma, su expresión reflejaba lástima, y eso lo tenía que cambiar, así sea con humor.

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