La luz de Hanma Shuji [Hanma x Lectora] Vol. 1

CAPÍTULO 11

Llegaste a tu casa, abriste la puerta y encontraste a tu padre haciendo la cena, en verdad lo viste asomado a la puerta cuando terminaste de subir las escaleras hacia tu piso.

T/N ¬ Ya estoy en casa - dijiste

Papa ¬ Oh... H-hola, ¿Qué tal os ha ido? - dijo intentando cortar una cebolla, pero con las prisas tenía el cuchillo de al revés y casi se corta - Ahh, que me corto - dijo susurrando - ¿No ha subido Hanma contigo?

T/N ¬ No - suspiraste - No quería encontrarse contigo - dijiste con tono un poco serio - Te he visto asomado a la puerta, deja el cuchillo que te vas a cortar.

Papa ¬ Oh, no te estaba espiando, para ver si ese tip-... digo... niño se atrevía a tocarte de más o algo por el estilo - dijo rascándose la nuca.

T/N ¬ Tranquilo papá - reíste - Ha ido bien, puedes considerarlo familia - al ver la actitud de crío de tu padre te tranquilizo para contarle que Hanma y tu erais pareja.

Papá ¬ ¿Fa-fami-lia? - lo oíste tragar seco - ¿Sois pa-pa... - empezó a tartamudear.

T/N ¬ Si - empezaste a reír a carcajadas - Tranquilo papá, estas sudado.

Papá ¬ No no, yo-yo - respiró hondo - estoy tranquilo, mientras tu seas feliz y a Hanma Shuji no se le ocurra tocarte, yo estaré tranquilo - dijo abrazándote y dándote un beso en la frete.

Comenzaste a reír a carcajadas y tu padre te siguió, tras ese momento, en el que acabasteis ambos que os dolía la tripa, tu subiste a ducharte y ponerte el pijama mientras tu padre comenzaba a hacer la cena o, según él, seguir haciéndola.

Fue una ducha rápida, más bien te aseaste. Por eso cuando bajaste tu padre seguía con la cena, por lo que lo ayudaste a terminarla y poner la mesa.

Comenzasteis a cenar cerca de las 21:15 p.m, faltaba mucho para que Kiyomi llegase, así que cenasteis tranquilos mientras charlabais.

Papá ¬ Me gusta - dijo tu padre de la nada.

T/N ¬ ¿Eh? - dijiste mientras tragabas la comida.

Papá ¬ Ese chico, Hanma, me gusta, se nota que te quiere - comentó

T/N ¬ ¿Qué quieres decir, papá? - no sabías a donde quería llegar y eso te daba curiosidad.

Papá ¬ No me vas a hacer que lo repita - dijo mirándote.

T/N ¬ ¿Le estas dando tu bendición o algo por el estilo? - reíste.

Papá ¬ Si, se que te cuidará bien - dijo mirando la cena y jugando con ella.

T/N ¬ ¿Si? - dijiste - ¿Y qué más cosas sabes?

Papá ¬ Se que ese chico va a cambiar por ti - dijo con un tono muy seguro.

T/N ¬ Oh... - eso te sorprendió.

Un silencio se instaló en la sala, pero no era algo incómodo. Ese silencio aparecía cada dos por tres cuándo estabais solo, tras haber hablado algo importante, era un silencio en el que se notaba la felicidad y a la vez la tristeza de aquella persona que faltaba.

Papá ¬ Deberías hablar con mamá y contárselo - dijo, acabando así con aquel silencio.

T/N ¬ Tienes razón, hace tiempo que no hablo con ella.

Terminasteis de comer, recogiste la mesa mientras tu padre lavaba los platos. Viste la hora, 22:00 p.m, tenías tiempo de sobra para hablar con tu madre hasta la llegada de Kiyomi.

Te dirigiste hasta la habitación de tu papá, donde se encontraba un pequeño altar con una foto de tu mamá.

T/N ¬ Hola, mamá -dijiste arrodillándote frente a aquel lugar - Tengo muchas cosas que contarte, hace tiempo que no hablamos - sonreíste tímidamente - Perdóname por eso. A ver, no se por donde empezar - reíste - Empezar en esa nueva escuela me asustaba al principio, pero he conocido a persona muy buenas, incluso, una compañera viene esta noche a casa para quedarse a dormir.

Cerraste los ojos y la imagen de tu compañera apareció.

T/N ¬ Es una chica más alta que yo, con el pelo blanco y unos ojos verdes hermosos, es una chica muy viva y sociable, además de risueña y para nada tímida, te hubiera caído muy bien, estoy segura.

Las piernas se te empezaron a dormir debido a la posición, así que la cambiaste y te sentaste cual indio.

T/N ¬ También he conocido a dos chicos Kisaki Tetta y Hanma Shuji, el primero es un compañero de clase, al principio no me gustó como era, pero parece que está cambiando. Es un chico rubio, con gafas, la piel ligeramente morena y un pendiente, pintas de pandillero, para resumir - soltaste un par de carcajadas - Pero, aún así, debo darle las gracias, el fue quien hizo que conociera a Hanma Shuji y bueno... - suspiraste - A papá no me ha costado tanto decírselo - reíste - Es muy bueno conmigo, alto, delgado, pero fuerte, tiene un pendiente como Kisaki, siempre está con una sonrisa y tiene unos ojos ámbar que me enamoraron - hiciste una pequeña pausa - Ahora entiendo a papá cuando me cuenta como os conocisteis y como tus ojos hicieron que se enamorara de ti - soltaste una risa nasal - Es un chico muy especial para mi, seguro que os hubierais llevado muy bien - la voz se te quebró y unas lagrimas empezaron a recorrer tu rostro.

Tras unos segundo te secaste las lágrimas con los puños del pijama y continuaste la charla y despedirte, así, en condiciones.

T/N ¬ No debes preocuparte, mamá - miraste directamente la foto que descansaba en el altar - Papá lo esta haciendo muy bien, es el mejor padre del mundo y aunque crea que puede perderme al conocer a Shuji - soltaste una risilla - Él es el hombre más importante para mi, por muy especial que sea ese niño, como lo llama él - reíste a carcajadas - Espero que estés orgullosa de él, yo si lo estoy - hiciste una pausa.

Viste la hora, eran casi y media y no querías que Kiyomi notara que habías estado llorando y menos el por qué, querías contárselo todo tú, cuando te sintieras preparada.

T/N ¬ Bueno mamá, Kiyomi estará a punto de llegar - respiraste hondo - Hablamos otro día.

Te levantaste y fuiste al cuarto de baño, te lavaste la cara e intentaste calmarte, tu corazón latía muy rápido, llevabas mucho rato reprimiendo las lágrimas.

Papá ¬ ¿Y-ya has... - se sonó la nariz - ...con mamá?

T/N ¬ ¿Lo has escuchado verdad? - dijiste con una sonrisa mientras te acercabas a él y lo abrazabas.

Papá ¬ Si - dijo correspondiendo el abrazo - Yo si que debo estoar orgulloso de ti cariño.

T/N ¬ Pues entonces ambos estamos orgullosos del otro - lo miraste y sonreíste, esa sonrisa cálida que solo él había visto, bueno hasta la llegada de Shuji.

Os separasteis y os pusisteis a ver la tele hasta la llegada de Kiyomi.