CAPÍTULO 13

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Te despertaste al día siguiente sobre las 9:45 a.m, al menos eso es lo que viste en la pantalla del teléfono. Miraste hacia tu derecha y viste a Kiyomi dormida, pensaste en despertarla, pero parecía estar muy a gusto, así que decidiste dejarla dormir hasta que se despertase ella.

T/N ¬ "Puedo aprovechar para leer, pero primero al baño" - pensaste.

Con mucho cuidado te dirigiste al baño, cuando terminaste fuiste a la cocina para tomar algo de agua y viste un papel con algo escrito por tu padre.

Buenos días cariño,

He salido a comprar el pescado más fresco y ya sabes que para eso tengo que ir a la costa, así que me gustaría que fueses a la tienda de la esquina y compraras las cuatro cosas que faltan para la casa, QUE NO SE TE OLVIDE EL GEL DE ARES, MAÑANA HAY QUE LAVARLO.

Os he dejado un par de galletas encima de la nevera, con Ares despierto no me fiaba de que las cogiera de la encimera.

Un beso, papá.

T/N ¬ Parece que mañana te toca baño, Ares - viste como el animal puso sus orejas hacia atrás y corrió hasta esconderse debajo de la mesa del salón.

T/N ¬ Da igual que te escondas, no te vas a librar - dijiste acercándote a la mesa.

Ares ¬ *gruñido*

T/N ¬ No me repliques - dijiste amenazante y finalizando aquella "discusión" con el animal.

Subiste las escaleras y viste que Kiyomi seguía dormida, "si que tiene el sueño profundo". Miraste el pequeño reloj de la mesita de noche y este marcaba las 10:10 a.m, la tienda que mencionó tu padre en la nota no abría hasta las 12 a.m, así que te daba tiempo a echar un buen rato de lectura, La sombra del viento ya te la habías terminado y como no te había llegado la segunda parte buscaste otro en la estantería.

Tras unos 10 minutos estrujándote el cerebro te decidiste por Si el corazón dejara de latir de Alberto Méndez, era la primera parte del libro de relatos de Los girasoles ciegos, los cuales estaban ambientados en la Guerra Civil Española, no eras fan de la guerra ni nada por el estilo, pero te encantaba la historia y que mejor manera de aprender historia que leyendo, así se juntaban tus dos cosas favoritas.

A decir verdad, no te gustaban mucho los típicos libros para "chicas adolescentes", dividir la lectura así te parecía una estupidez, si la lengua no distingue entre géneros, ¿por qué los libros si?, que cada uno lea lo que quiera y a los demás le tiene que dar igual, no hace falta dividirlo en para chicas, de amor y cosas por el estilo y para chicos de guerra, fútbol o algo parecido.

Te sentaste en un puff y comenzaste a leer, no sin antes ponerte una alarma que sonara a las 11:45 a.m, ya que cuando leías no eras consciente del paso del tiempo. 

La alarma sonó y Kiyomi se despertó, dejaste la página del libro marcada y lo pusiste encima de la mesita de té.

Kiyomi ¬ ¿Qué hora es? - dijo con la voz ronca y los ojos medio cerrados.

T/N ¬ Las doce menos cuarto - dijiste.

Kiyomi ¬ ¿Enserio? - dijo abriendo los ojos como platos - Que tarde, ¿por qué no me has despertado antes? - dijo saliendo de la cama - Que vergüenza.

La luz de Hanma Shuji [Hanma x Lectora] Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora