CAPÍTULO 28

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Ya en el cuarto de la chica, os acomodasteis en la cama mientras buscabais una película, pero lo más importante no era eso, era hacer lo mismo que un día hizo Kiyomi contigo.

T/N ¬ ¿No me vas a decir quién es ese chico o lo tengo que averiguar yo? - reiste.

Kiyomi ¬ Se llama Ryohei Hayashi - te menciono, pero eso no bastaba.

T/N ¬ Me parece perfecto, pero quiero saber más - la chica solo bufo y continuo con su explicación.

Kiyomi ¬ Va a otra escuela, viste algo raro, pero a mí me gusta y a él también - sonreiste por su aclaración - Es algo idiota y más cuando se juntaba con su amigo, pero desde que está en el correccional está algo raro - ante lo que dijo la chica te sonaba aún más quien era ese chico.

T/N ¬ ¿Es miembro de la Toman? - la chica asintió - Sabía que me sonaba de algo, ¿como lo conociste?

Kiyomi ¬ Cuando fuiste aquel día a llevar esos mensajes después del hospital, decidí quedarme cerca por si me llamabas necesitando ayuda, así no tardaría mucho. Estaba a punto de irme cuando escuche las motos, pero a ti no te vi bajar. Me asuste y decidí ir hasta el lugar.

T/N ¬ Eso es porque uno de los chicos me dijo que me esperara hasta que acabará la reunión.

Kiyomi ¬ Vale...Bueno lo que iba diciendo. Cuando estaba llegando a la cuesta te vi bajar, me quedé más tranquila, pero mi curiosidad era mayor y subí de todas formas. Fue allí donde me encontré con Ryohei, al principio fue muy estúpido, lo que no pensaba es que le fuese a plantar cara. Él se sonrojo ante eso a mi me pareció tierna y graciosa esa reacción, y al decírselo me invito a salir a tomar algo.

T/N ¬ ¿Enserio se lo dijiste? - tu no serias capaz de decirle a alguien, sea chico o chica, que se ve tierno o algo así, acaso que tengas confianza.

Kiyomi ¬ Si, lo veo algo más normal que quedarse mirándolo a los ojos como una loca, sin parpadear.

T/N ¬ Cada uno hacemos lo que podemos - dijiste a la defensiva - Además tu has visto sus ojos como yo, como no me quedaría cual loca mirándolos.

Kiyomi ¬ Lo que tu digas T/N ¬ dijo riendo - Pero no me has negado que te quedaste como alguien que no está bien mirándolo.

T/N ¬ Por qué contigo no vale la pena discutir, al final acabó diciéndote que tienes razón - la chica rio ante tus palabras.

Kiyomi, finalmente, eligió una película, la cual también te gustó a ti y comenzasteis a verla. A diferencia de en tu casa, si terminasteis de ver la película.

Al terminarla recogisteis todo un poco antes de dormir. A la mañana siguiente, te despertaste antes que Kiyomi, así que decidiste sacar de tu mochila el libro que te habías traído.

Este era algo diferente a los que solías leer, aunque siempre te gusta apoyar los libros de escritoras. En este caso se trata de Carmen Martín Gaite, algo que te gustaba de ella y sobre todo de El cuarto de atrás, el cual era el libro que te estabas leyendo, era el doble sentido de cualquier cosa, el no saber cuando se trataba de un hecho real o ficticio. Además, era un libro con una gran variedad de símbolos, cosa que gusta mucho ya que encontrarlos y acertar en su significado era algo interesante.

Al rato Kiyomi se despertó y con ella tu sesión de lectura finalizaba.

Bajasteis juntas a desayunar, la madre de Kiyomi lo tenía todo preparado para ambas y el pequeño Taoki.

Tras desayunar la señora Takao os pregunto si podíais llevar a Taoki al parque, más bien el pequeño quería ir contigo, aunque con su hermana también.

Ibais de camino al parque, el pequeño Taoki iba agarrado de tu mano, mientras que tenía a su hermana agarrada por el otro.

Al llegar el pequeño corrió hacia los diferentes columpios, jugando con niños que ni conocía, pero esa es una de las maravillas de ser niños.

Kiyomi y tu os sentasteis en un banco mientras hablabais de cualquier cosa, era una conversación tranquila y amistosa, hasta que algo perturbo aquel ambiente.

T/N ¬ Kiyomi, ¿notas como si alguien estuviera mirándonos? - decías intentando parecer tranquila, para que esa persona no pensara que había sido descubierta.

Kiyomi ¬ Pues si, desde hace un rato tengo una sensación extraña - intento mirar hacia los lados para buscar a alguien, pero la detuviste enseguida.

T/N ¬ No, no mires - dijiste riendo al final para no levantar sospechas - Si alguien nos está observando y se da cuenta que lo descubrimos, puede que se marche antes de que podamos verlo y saber quién es.

Kiyomi ¬ Ooh...vale, tienes razón - dijo riendo a la par - Voy a llamar a Taoki y así podremos intentar verlo - asentistes al plan de la chica.

Kiyomi llamo a su hermano y mientras ella se levantaba hacia el, tu aprovechaste para observar un poco tu alrededor.

Solo podías ver distintas personas, para nada sospechosas, que pasaban por el parque o estaban allí con niños.

Hasta que tus ojos se toparon con un grupo de pandilleros, pero uno era el único que te miraba. Su pelo era negro, tenía un cigarro en la boca y te miraba con cara de superioridad, pero lo que más te llamó la atención fue una cicatriz en su ceja.

Estabas mirándolo cuando se levantaron sus compañeros y lo cubrieron de tu vista mientras se marchan. Al mismo tiempo llegó Kiyomi con Taoki, el pequeño pedia comprar un helado, no os negasteis y fuisteis en dirección a una heladería cercana.

Por el camino le ibas contando a Kiyomi lo que había pasado.

Kiyomi ¬ Que tipo más raro - dijo - ¿Que querría?

T/N ¬ No tengo ni idea, nunca lo había visto - dijiste pensando una posible causa, aunque pensaste que podía ser cosa de Kisaki, pero tus pensamientos se desvanecieron cuando Kiyomi dijo su causa.

Kiyomi ¬ Quizá le gustaste y en vez de acercarse a ti, prefirió quedarse mirándote como un acosador, esperando a que tu te le acercaras, como si te arrastraras a él.

T/N ¬ Si, será por eso - aunque los pensamientos sobre Kisaki habían desaparecido, no estabas cien por cien segura.

No querías decírselo a Shuji, si solo se trataba de un idiota, pero si eso se volvía a repetir o incluso se acercaba a ti, no dudarías en decírselo todo, pero sin estar segura tampoco querías regalarle una paliza asegurada a aquel chico, aunque fuese un idiota.

Llegasteis a casa de Kiyomi, recogiste tus cosas y te despediste de la familia mientras Shuji venía a recogerte.

No tardo mucho en llegar, pero en vez de llevarte a casa decidió que era buena idea dar una vuelta en su moto y sentarse en algún banco, en un lugar solitario, disfrutando así de la mutua compañía.

Por esta razón acabasteis en el parque de atracciones abandonado, el cual se había convertido en vuestro refugio.

La luz de Hanma Shuji [Hanma x Lectora] Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora